lunes, 13 de octubre de 2014

El Dios moral

 ¿Cómo puede ser que exista un Dios bueno en gran manera y permita tanto mal y sufrimiento en la Tierra? ¿Es coherente el creer en la existencia del Dios de la Biblia, que tanto ama al mundo, mientras vemos cómo se exterminan poblaciones enteras, vemos las barbaridades que hacen los miembros del ISIS, mientras cada día salen a la luz los casos de corrupción política a diario, en medio de un país con cada vez más indigentes? ¿Es posible que, ante los casos tan flagrantes de maldad en la humanidad, haya un Dios contemplativo? ¿No es verdad que la existencia de este mal en medio nuestro es la más grande prueba en contra de la existencia de un Dios benevolente?

Posiblemente hayas escuchado este tipo de preguntas, puede ser incluso que tú mismo te lo estés preguntando en este momento. Pues bien, vamos a comenzar con un asunto de extrema importancia en este tema: hacer este tipo de preguntas significa considerar que hay algo que es malo, aún cuando haya gente que no lo vea como tal, que existen valores y deberes morales objetivos ajenos a opiniones, culturas o cosmovisiones. Me explico, decir que el Holocausto fue algo malvado es legítimo, porque así fue, fue una barbaridad, incluso aunque muchos nazis pensaban en ese momento que estaban haciendo un bien a la humanidad. Incluso aunque solamente una persona en todo el mundo hubiera pensado que aquello era perverso, no por ello habría dejado de serlo, aunque todo el mundo pensara que era algo bueno.

Y es curioso que, incluso la mayoría de los ateos en este mundo, crean que haya cosas buenas o malas independientemente de los valores morales de los que llevan a cabo tales acciones. La violación de una niña es algo terrible, aunque la cultura en la que se lleve a cabo lo permitiera, eso no hace que deje de ser terrible. Esto significa que hay un bien y un mal absolutos, que van más allá de opiniones o de cosmovisiones. El violar a una niña de 6 años es algo objetiva y absolutamente perverso, más allá de la opinión del violador al respecto.

Si Dios existe, tenemos un sólido fundamento para los valores y deberes morales objetivos.

En el punto de vista teísta, los valores morales vienen de Dios. Como dijo San Anselmo, Dios es, por definición, el mayor ser concebible y por lo tanto el bien supremo. De hecho, Él no solamente es perfectamente bueno, sino que es la fuente y el paradigma de todo valor moral. La santidad y el amor intrínsecos de Dios dan el estándar con el que se pueden medir todas las acciones de las personas. Él es por naturaleza amoroso, generoso, fiel y amable. Así que si Dios existe, los valores morales objetivos existen, y lo hacen independientemente de los seres humanos.

Desde el punto de vista teísta, los deberes morales objetivos están constituidos por los mandamientos de Dios. La naturaleza moral de Dios se expresa en relación a nosotros en forma de mandamientos divinos que constituyen nuestros deberes u obligaciones morales. Así pues, lejos de ser arbitriarios, los mandamientos de Dios deben ser consistentes con su naturaleza santa y amorosa. Esto significa que nuestros deberes, están basados en los mandamientos de Dios y éstos reflejan su carácter esencial. En la tradición judeo-cristiana, todos los deberes morales se pueden resumir en los dos grandes mandamientos: El primero, amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas, y el segundo, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Sobre esta base podemos afirmar la justicia objetiva del amor, la generosidad, el auto-sacrificio y la igualdad, y condena como objetivamente malo el egoísmo, el odio, el abuso, la discriminación y la opresión.

Resumiendo, el teísmo ofrece los recursos para un sólido fundamento para la moralidad: da base tanto a los valores morales como a las obligaciones morales objetivas; y como yo pienso, que es evidente que Dios existe, tenemos una base sólida para los valores y deberes morales objetivos.

Si Dios no existe, no tenemos un sólido fundamento para los valores y deberes morales objetivos.

Si Dios no existe, ¿qué base queda para la existencia de los valores morales objetivos? Particularmente, ¿por qué pensamos que los seres humanos tendrían valor moral objetivo? Desde el punto de vista ateo, los seres humanos somos sencillamente bioproductos accidentales que han evolucionado hace relativamente poco tiempo en una mota de polvo llamada planeta Tierra, y que están condenados a perecer de una manera individual y colectiva en relativamente poco tiempo. Desde el punto de vista ateo, es complicado ver alguna razón para pensar que el bienestar de un humano es objetivamente bueno, al menos no más que el bienestar de un insecto o el bienestar de una hiena.

Desde el punto de vista naturalista, los valores morales solamente son consecuencia de la evolución biológica y el condicionamiento social. Así como un grupo de babuínos exhiben cooperación e incluso auto-sacrificio porque la selección natural ha determinado que este comportamiento es ventajoso en la lucha por la supervivencia, de la misma manera, sus primos homo sapiens, han evolucionado a una especie de moral de rebaño por las mismas razones. Como resultado de las presiones socio-biológicas en el homo sapiens, esto ha evolucionado en una especie de moralidad que funciona bien en la perpetuación de nuestra especie. Pero en el punto de vista ateo, no parece haber nada que haga que esta moralidad sea objetiva y real, sencillamente es algo que es útil para sobrevivir.

Así pues, según este punto de vista, nuestra moralidad es el producto de la evolución biológica. De la misma manera que tenemos pulgares oponibles y andamos erguidos, tenemos un comportamiento tribal que nos ayuda a sobrevivir.

Así que nosotros, como seres humanos, al pensar que somos especiales y que nuestra moralidad es cierta de una manera objetiva, estamos cayendo en “especie-ismo”, es decir, establecer la superioridad de nuestra especie sin justificación alguna.

Si no hay Dios, cualquier razón para pensar que la nuestra es una moral de rebaño que ha evolucionado con el homo sapiens en este planeta, para llegar a convertirse en verdad moral objetiva, parece haber desaparecido. Saca a Dios del cuadro, y verás que lo que queda es una criatura simiesca en una mota de polvo con serios delirios morales de grandeza.

La afirmación de Richard Dawkins (un eminente defensor del ateísmo) del valor del hombre puede ser deprimente. Dice: “al final no hay diseño, no hay propósito, no hay mal, no hay bien, nada salvo indiferencia sin sentido... Somos máquinas que propagan ADN... ¿Esta es la única razón para la existencia de todo ser viviente?”


No tiene sentido el pensar que pueden haber valores morales objetivos y reales, sin la existencia de un Dios que los haya puesto ahí. La evolución biológica no resuelve el problema, el ateísmo no tiene respuestas válidas. Así que, de una manera sorprendente, la acusación contra Dios se torna en una prueba más de Su existencia. Ya hablamos de que Su existencia es, no solamente posible a la vista de la existencia del mal partiendo de Sus atributos de poder, bondad y sabiduría, sino que la existencia del mal es una prueba más de que existe un Dios con estas características. Hoy la gran pregunta de que cómo puede un Dios bueno existir cuando existe el mal, se torna hacia la necesidad de que un Dios moral exista, puesto que ha puesto en nosotros la idea de bien y mal, sin que nos quede otra explicación que la de que Él es la base de lo que llamamos moralidad. 

Así que la pregunta que queda es, ¿cómo es posible que Dios no exista, puesto que sabemos que hay cosas que son objetivamente malas?

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