No soy profeta, como ya anunciaba a principios de este año. El 4 de enero escribía una entrada en la que recapacitaba sobre la que nos venía
encima en este simpático 2012 que hemos tenido que pasar todos y ahora, a solo
4 días del fatídico 21 de diciembre, en que los mayas nos anunciaron que
ocurriría la fatalidad me gustaría mirar atrás un poco, viendo las previsiones
que yo mismo hice hace casi un año, y ver qué ha sido de este año tan “especial”.
Para empezar, tengo varias razones por las que estoy seguro
que el 21 de diciembre no terminará este mundo, desde la experiencia de haber
pasado por varios vaticinios apocalípticos fallidos hasta la confianza en lo
que dijo Jesús acerca de que nadie sabía el día ni la hora. Así que, en opinión
de no profeta, podéis respirar tranquilos, no suicidaros y hacer planes para
este próximo fin de semana.
Aparte de eso, mirando lo que ha sido este año, y viendo las
altas expectativas que tenía, y del optimismo con que me planteaba estos 12
meses en enero, puedo ver cómo, sin dudarlo un segundo, este ha sido el mejor
año de toda mi vida. Si tenía una sensación positiva para con lo que iba a
pasarme, he sido sobrepasado por las circunstancias y sé que debo sentirme muy
agradecido por todo lo que me ha venido en este 2012 que ya casi despedimos.
Estoy mucho más agradecido que nunca por la familia en la
que he sido plantado, he sentido su cariño, su apoyo, su amor incondicional en
cada momento. No creo que haya manera humana de poder expresar todo lo que he
recibido de ellos. Mis padres, mis hermanos, mi abuelo, mis tíos, mis primas,
incluso mi vecina Mari, no encuentro las palabras adecuadas para poder
agradecer por tanto que he recibido, no solamente en este año, sino durante toda
mi vida.
Tengo que agradecer y reconocer lo precioso que es el poder formar
parte del Centro Cristiano de Béjar, el poder apreciar cómo han apostado por mí,
el poder sentir su cariño y aliento en cada paso.
Los estudios en Sefovan están
siendo sencillamente emocionantes, estoy mucho más que encantado con mis
compañeros, con los profesores, con lo que estoy aprendiendo, no solamente a
nivel intelectual, sino de una manera mucho más profunda.
Hoy mismo hemos
pasado las 200000 visitas al blog, sencillamente, es algo que me sobrepasa.
Tengo que estar muy agradecido por los amigos que tengo, por
sus hombros impermeables, por sus sonrisas, por sus ánimos y consejos, incluso por las collejas. Por
tanto como he recibido de ellos aún habiendo dado tan poco.
Eran muchos los años que andaba detrás de una chica, de una
mujer maravillosa de la que, a pesar de las circunstancias en contra, no podía
olvidarme. Pues este 2012 ha
visto cómo las circunstancias han cambiado de una manera drástica, y ahora
tengo una preciosa relación con ella, una esperanza de un futuro juntos y un
amor para ella como jamás imaginé sentir.
Es cierto que sigo sin tener dinero suficiente como para
sentirme seguro económicamente. Incluso, a pesar de las astronómicas 200000
visitas, no me ha llegado ni un céntimo de euro por esto que hago, ni falta que
hace. Pero sí puedo decir y agradecer que en este año no me ha faltado de
absolutamente nada, ni siquiera caprichos. Y el no tener seguridad económica me
ha llevado a buscar la seguridad en algo mucho más firme que el dinero.
He fallado, he caído, he defraudado, he pecado. Es cierto.
Pero he recibido las fuerzas para rectificar, he tenido la mano que me ha
ayudado a levantar, he tenido segundas y terceras oportunidades, he sido
perdonado mucho más profundamente de lo que jamás llegaré a entender. Este año
ha tenido sus oscuridades, sus sombras, sus recovecos. Pero echando la vista
atrás, puedo ver que ha sido un buen año, que he recibido muchísimo más de lo
que puedo digerir. Echando la vista atrás, puedo ver que, más allá de tanta
gente a la que tengo tanto que agradecer por este maravilloso año, hay alguien
que está tan directamente involucrado en mí y en mi bien que sencillamente no
puedo dejarlo pasar.
Quiero agradecer, desde lo más profundo de mi ser, a Dios. Es
a él a quien tengo que agradecer la preciosa familia en la que estoy, porque
fue Él quien me puso allí. Es a Él a quien tengo que dar las gracias con todo
mi corazón por la Iglesia
en la que estoy, por el lugar en el que estudio y todas las personas que están
involucradas en él. Es a él y a nadie más a quien debo la gloria por este blog
y por lo que en él digo. Es a Él a quien debo reconocer el tener a estos amigos
tan cercanos, tan profundamente arraigados en el corazón. Es Él quien ha creado
a Rebeca, quien la ha diseñado tan perfectamente, es suya la virtud, es suyo el
valor, y es a Él a quien quiero honrar profundamente en mi relación con ella. Es
suyo el mundo, es suya la economía, son suyos los gobiernos, es suyo mi
bolsillo. El depender económicamente del dador de la vida me hace ver cada día
cómo no hay de qué temer. El dedicarme a servir al Dios de dioses me hace
comprender que Él se ocupará de mí, que nada me faltará.
Este año 2012, hasta ahora, ha sido tan bueno, tan feliz,
tan excelente, que solamente tengo palabras de agradecimiento, de bendición. Probablemente
el 2013 no sea tan bueno en todos estos sentidos, no lo sé. Pero sí hay algo
que sé, que Dios seguirá estando ahí, que jamás me va a defraudar y que yo he
decidido poner mi vida en sus manos, con todo lo que tengo. Lo demás depende de
Él.
Un saludo.