Cuando la batalla recrudecía, es
cuando más unidos tenían que estar los ejércitos griegos. La
formación de falange requería que todos y cada uno de ellos
actuaran en total unidad y como un solo cuerpo.
Y aquella batalla era una de esas en
las que los grandes guerreros griegos se ganaban su nombre. Una de
esas en las que el coraje, la determinación, la unidad y el
entrenamiento hacía la diferencia entre la vida y la muerte. La
batalla estaba en el momento más dramático, en ese en el que casi
cualquier cosa puede pasar, en ese en el que hasta el soldado más
capaz y más valiente teme por su vida.
Y aquel soldado temió.
Y aquel soldado temió.
En un momento, cuando se veía claro
que los soldados persas iban a embestir con toda su crudeza, el
soldado abandonó la formación y salió corriendo para ir a
refugiarse en unas rocas cercanas. Quería esconderse allí. Él
tenía familia, tenía hijos pequeños, una mujer. No podía
permitirse dejarlos sin nadie que los protegiera. Así que huyó. Se
metió entre las piedras y allí se hizo un ovillo mientras sus
compañeros se esforzaban por no perder la batalla, mientras los
demás trataban de cumplir con su lugar, y con el del soldado cobarde
que los había dejado en el último momento.
Muchos cayeron en ese día. Demasiados.
Por el soldado cobarde y otros como él, murieron hombres valientes.
Muchos padres, esposos e hijos. Pero la victoria fue griega.
Y al soldado cobarde le llegó el momento en que tuvo que comparecer ante el gran Alejandro el Grande, el
conquistador del mundo. Rodeado de sus generales con engalanadas
armaduras, el gran general de Grecia estaba delante de él, mirándole
con desprecio.
- Por tu cobardía han muerto soldados
valientes. Si no actuamos como una unidad, si no somos valientes, si
no actuamos como debemos, seremos derrotados. Y más hombres morirán.
Soldado, ¿cual es tu nombre?
El soldado, avergonzado, bajó la
cabeza. - Alejandro, Gran Rey. Mi nombre es Alejandro.
El Magno le observó sobresaltado. A los
pocos segundos, le miró a los ojos y le dijo: - O cambias de nombre
o cambias de actitud.
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