miércoles, 23 de marzo de 2011

El mundo real

Una caña con un pincho de tortilla de patata a media mañana, 1'2 euros.

Una camisa en oferta en Springfield, 19'9 euros.

Salario medio de un español, en torno a los 1500 euros.

Así es como vivimos, esta es la realidad de nuestro país. Como decíamos ayer, es un hecho obvio que podríamos vivir mejor, está claro que podríamos tener una mejor economía y una existencia más fácil. Pero hoy me gustaría que meditásemos un poco en algunos otros datos del resto del mundo.

Hay más de mil trescientos millones de personas que viven con menos de un euro al día. Esto significa que alrededor de treinta veces la población de España sobrevive con bastante menos de lo que gastamos en la caña de media mañana.

Imagínate que esa caña es lo único que tienes al día, no solamente para comer o beber, sino para tener un sitio donde dormir, para alimentar a tu familia, para comprar la camisa en oferta de Springfield, para conseguir las medicinas que necesita tu hijo para sobrevivir. Si de esa caña dependiera nuestra supervivencia y de nuestra gente, me temo que nos tomaríamos la vida de otra manera.

Digo esto porque en todo el mundo, 15 millones de niños mueren al año por enfermedades fácilmente curables solamente si tuvieran los medios adecuados. 11 millones lo hacen simplemente porque no tienen nada que llevarse a la boca. Sería algo positivo si pensáramos esto la próxima vez que malgastemos nuestro dinero en tonterías como solemos hacer. 4500 niños mueren cada día por beber agua en mal estado. Para ellos, seguramente sería algo increíble que te puedas levantar entre la noche para beber un vaso de agua limpia y pura. Ellos tienen que andar varios kilómetros para llegar al pozo más cercano, uno que además no contiene agua potable, contiene un agua que los mata. Aunque la falta de ella los mata más rápidamente aún.

En este mundo hay más de 150 millones de niños malnutridos. En este momento, 350 millones de niños trabajan en lugar de ir a la escuela. Solamente en el noreste de Asia, más de dos millones de niños son esclavos.

No estoy diciendo esto para que todos vendamos todo lo que tenemos y lo demos a los países pobres, o para que no lo hagamos. Estoy dando estos datos solamente para que todos seamos un poco más conscientes de la fortuna que tenemos de haber nacido donde hemos nacido.

Debes saber que si tienes tres comidas al día, si tienes una cama limpia para dormir cada noche, si tienes la posibilidad de entrar a Internet para leer la entrada diaria de “La pajarería del tío Poe” (y el inmenso placer de poder pinchar en los sponsors para colaborar con la causa pajarera), si tienes un teléfono móvil y vives en un sitio donde existen las infraestructuras necesarias para poder usarlo, si cuando te duele la cabeza tienes una aspirina para que se pase, si cuando tienes sed tienes un grifo que te suministra agua limpia y sana, si tus hijos pueden ir a la escuela, pueden jugar en lugar de trabajar como esclavos para poder sobrevivir, estás entre el 1% de la población más afortunada del planeta. Debes saber que tienes una inmensa suerte de poder tener lo que tienes y disfrutar lo que disfrutas.

La próxima vez que tengas quejas de tu situación, que consideres injusto que te falte tal o cual cosa, piensa en esta realidad. Debemos ser conscientes de todo lo que tenemos, debemos saber que realmente tenemos que estar agradecidos por estar aquí, por tener lo que tenemos.

Hoy hagamos un gesto de justicia con aquellos que no tienen nada, y que por lo poco que tienen están tan agradecidos. Hoy me gustaría que fuera un día en que nos diéramos cuenta de nuestra inmensa suerte, de nuestra gran ventura. Seamos agradecidos, sepamos reconocer nuestra fortuna. Y, sabiendo lo que tenemos, compartámoslo con los que realmente lo necesitan.

5 comentarios:

Dal Wehawax dijo...

¡Este es el Miguel Angel que me gusta el que veo y creo vemos todos!!! Muy bien. Presentando los datos objetivamente sin la farragosa carga de nuestra subjetividad. Tenemos que llamar a las cosas por su nombre y si es necesario apellidárlas también. Hablar de corazón a corazón sin mirar para otro lado ante las adversidades ajenas. Tratar de que esas adversidades no lleguen a nuestras pequeñas vidas para que nuestra no adversidad llegue a las vidas de los que nos rodean. Hemos de hacer pequeños Edénes de nuestros pequeños mundos. Si impedimos que el caos exterior se infiltre en nuestras vidas que el desbarajuste que todo lo gobierna nos alcance podemos hacernos mucho bien y ayudar a mucha gente. Los dolores planetarios van a ir dando la vuelta al mundo como una noria y llegará un momento que no se podrá atender a los damnificados. De nuestros pensamientos y de nuestros sentimientos dependerá nuestro bienestar. ¡Miguel me ha encantado tu artículo!

Anónimo dijo...

Es una gran y profunda reflexion y tienes mucha razón en lo que dices y ójala toda la gente pensase asi, pero he de decirte una cosa: revisa bien los datos o las fuentes de donde los obstienes, porque me temo que no son correctos. Aun así, enhorabuena por pensar de esa forma e intentar mediante estas entradas cambiar la visión que la gente tiene del mundo en el que vivimos. Daniel Muñoz

El Tío Poe dijo...

Es bastante probable que los datos no sean del todo ciertos, los he obtenido de diferentes paginas web, en todo caso, seguramente los datos reales sean prácticamente tan alarmantes como estos y las conclusiones que saquemos sean exactamente las mismas. En todo caso, muchas gracias Male.

Un saludo.

Ricardette dijo...

Genial,y aunque los datos no fueran esos exactamente esos en concreto,seguro que aproximadamente es asi,y por supuesto,a veces nos olvidamos de donde hemos nacido.

Un abrazo!!

Dal Wehawax dijo...

Perdón por los que saben más que yo. Pero si el planeta está de arriba abajo como tú dices,¿ no es eso un compendio de todos los datos? ¡El mundo entero es el dato! Con perdón.

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