El pasado 22 de febrero, denuncié el caso de una mentira que había alimentado la creencia en la evolución, y hablaba de la vergüenza que me parecía que los teóricamente sabios, quienes tienen la misión de educar a las nuevas generaciones, usen una mentira demostrada desde hace ya siglo y medio para introducir una idea a favor de lo que ellos aseveran como una verdad científica, cuando en absoluto lo es.
El 24 hablaba de que mi creencia en Dios no incluye la aceptación de todas las barbaridades que se han cometido a lo pargo de la historia en nombre de Dios, o incluso de Jesús, y respondía a algunas de las opiniones vertidas sobre este tema, como la que la idea de la evolución no había traído ningún mal sobre la tierra, no intento decir que una ha traído más mal que otra, simplemente digo que es falsa la afirmación de que la evolución no puede traer nada malo, ni siquiera la ciencia. El ser humano es mucho más que capaz de traer destrucción y mal al mundo en nombre de cualquier cosa, literalmente somos capaces de lo que sea.
Y en ambas entradas prometía que hablaría más sobre este tema, y que propondría razones científicas a favor de la existencia de Dios. Ante todo quiero dejar bien claro que no soy científico, solamente alguien curioso que quiere razonar su fe y demostrar que no es una tontería, que no es de gente poco inteligente o débil emocionalmente la creencia en un ser superior. Es más, pienso que tiene sentido, que es racional y hay razones inteligentes para creer en Dios. Agradecería que aquellos que no estáis de acuerdo conmigo y creéis en la verdad científica de la evolución aportéis razones también. Me gustaría retaros a investigar y rebatir lo que os presente de una manera justa, no simplemente con negar lo que digo sin más. Creo que me daría la razón que creáis lo que creéis porque sí. Creo que eso os convertiría en los fanáticos que criticáis.
Para empezar, y esto no lo digo con ánimo de demostrar la realidad científica de la existencia de Dios, me gustaría aclarar que hay realmente muchos científicos reputados que realmente son escépticos respecto a la teoría de la evolución, quiero ser especialmente insistente en este punto, no rechazo la ciencia, la teoría de la evolución no es una realidad científica. No ha sido probada y no se puede asegurar que sea cierta. Esto es así le pese a quién le pese.
Hoy quiero comenzar con la defensa del caso de un diseñador inteligente del universo partiendo con otra ciencia del conocimiento que muchas veces se ha usado para negar y afirmar la existencia de Dios. Quiero empezar con la filosofía. Espero no defraudar a aquellos que esperaban que comenzara a dar datos científicos, lo siento, pero, por favor, seguid leyendo, otros días hablaré de la evidencia que dan otras ciencias respecto a este mismo tema. Hoy me gustaría hablar del llamado argumento “Kalam”.
Este argumento, fue originalmente ideado por el árabe al-Ghazali que vivió entre los años 1058 y 1111 de nuestra era influenciado por la filosofía griega, especialmente por la aristotélica y regresó a los cristianos a través de los judíos, especialmente en la Península Ibérica. Esta palabra, en árabe clásico, significa “discurso” o “argumento”. Como podréis comprender, en estos años no existía conocimiento científico suficiente para afirmar o negar la existencia de Dios en sí. Pero estos filósofos también tenían las mismas inquietudes que nosotros ahora y necesitaban, de alguna manera, racionalizar sus creencias y sentir que en lo que están bastando sus vidas, descansa sobre la seguridad de la verdad.
Este argumento filosófico tiene tres pasos simples. “Todo lo que empieza a existir tiene una causa. El universo empezó a existir. El universo tiene una causa.” Me gustaría desgranar esta afirmación paso por paso para explicarlo un poco y que nadie se lleve a equívocos y me acusen de haber dicho cosas que realmente no he hecho.
Comencemos por la primera afirmación. “Todo lo que comienza a existir tiene una causa.” Antes de comenzar a explicar y a intentar prever vuestras discrepancias con esta afirmación, me gustaría que pensásemos por un momento en el concepto de la nada absoluta. La idea que algo pueda llegar a existir de la nada es aún más impresionante que la idea de la magia. Con la magia, el mago puede sacar un conejo de un sombrero, por ejemplo. En este caso tenemos sombrero y tenemos mago, no aparece el conejo de la nada, de lo que estamos hablando es de la nada absoluta. Que algo llegue a existir completamente partiendo de absolutamente nada es un caso de magia tal cual, inexplicablemente algo que no era es. No me imagino una negación mayor de las verdades científicas que esto mismo. Es algo que sabemos que es verdad porque hemos visto toda nuestra vida. Nadie sale de su casa con miedo a que aparezca en medio de su salón un hipopótamo, porque sabe que es, cuanto menos, tan científicamente improbable que sería realmente una estupidez pensarlo.
Segunda afirmación. “El universo empezó a existir.” Esta idea, planteada hace unos cien años, habría traído muchos problemas. Entonces, parecía que toda evidencia científica apuntaba a la idea de que el universo siempre había existido, que eternamente había permanecido tal y como lo conocemos. Para ver si el universo comenzó a existir en algún momento, trazaremos un camino matemático, espero que no sea demasiado complicado, para aquellos que quieran más pruebas de este punto en específico, puedo ofrecerle alguna más, pero mi intención es no cansar demasiado.
Vamos a imaginar que los eventos que han ocurrido en el pasado en todo el universo son, en nuestra ilustración, canicas. Si el universo se extiende temporalmente hasta el infinito en el pasado, podemos ver que los eventos son infinitos de la misma manera. Entonces, tenemos, de una manera hipotética, claro está, un número infinito de canicas representando estos eventos pasados. Partiendo de esta base, pongamos tres supuestos casos.
En el primero, tomemos la opción de que cogemos todas las canicas. En este caso podemos ver esta operación matemática: Infinito menos infinito es igual a cero. Creo que es algo bastante sencillo.
Segundo caso, de entre todas las canicas que tenemos tomamos una sí y una no de entre todas, es decir, que tomaremos la mitad de ellas. Por lo tanto tomaremos infinitas canicas, y nos quedarán infinitas canicas. La operación resultante es la siguiente: Infinito menos infinito es igual a infinito.
El tercer caso es que descartemos las cuatro primeras canicas y tomemos las demás, la operación de este caso es: infinito menos infinito es igual a cuatro.
El resumen matemático de la inexistencia de un principio del universo es una imposibilidad total. Es imposible que un número sea al mismo tiempo infinito, cero y cuatro, sencillamente no tiene sentido. Matemáticamente debe haber un inicio histórico de lo que existe.
Tercer y último paso del argumento Kalam. “Por lo tanto, el universo tiene una causa.” Según lo que he estado hablando anteriormente, es natural y lógico el ver que este universo tiene, de hecho, una causa. Suponed que escucháis una explosión fortísima en la cocina en este momento, y cuando preguntáis a alguien que estaba en la cocina qué ha ocurrido os responde que nada, que el ruido de la explosión simplemente ocurrió, sin más. Obviamente, no os lo creeríais. Pues este punto es exactamente igual, sencillamente es imposible que el universo no tenga una causa, algo que lo hizo existir. Eso es un hecho innegable, y, como hemos visto a través de este argumento, lógicamente cierto.
Mañana, si Dios quiere, llevaré esta misma idea hasta otro punto, procuraré hablar un poco (prometo ser más breve que hoy) de la evidencia de un Dios personal, que nos ha creado con un propósito. De todas maneras, como ya sabéis, estoy abierto a todo tipo de preguntas y retos que me queráis hacer, prometo tomarme vuestras inquietudes de una manera seria e intentar ser lo más concienzudo posible para procurar dar una contestación satisfactoria.
De verdad que lo siento si ha habido alguien que no ha entendido completamente todo lo que he dicho hoy, comprendo que son conceptos muy difíciles de concebir de primeras, si hay algo que no ha quedado lo suficientemente claro, por favor, preguntad sin miedo. Hay un proverbio chino que me gusta mucho en este sentido y es el siguiente: “Si hay algo que tienes miedo a preguntar por no quedar por tonto durante 5 minutos, preguntalo, o seguirás tonto toda la vida.”
Un saludo.
miércoles, 2 de marzo de 2011
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1 comentario:
Me gusta, aunq no comparto todo al 100%
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