Por supuesto me gustaría continuar más adelante presentando algunos otros argumentos que puedan dar un enfoque más objetivo a lo que creo, pero hoy me gustaría cambiar un poco el tono. Creo haber dejado claro que, al menos en mi opinión, tiene sentido creer lo que creo, no es una locura, ni el producto de una mente débil que necesita una “muleta” para sobrellevar las dificultades y la dureza de la vida. Hoy quiero hablaros de mí, quiero ser subjetivo, que veáis que, al menos en mi caso, lo que creo funciona, no es solamente un conjunto de ideas y valores que me diferencian de un musulmán, por ejemplo, sino que realmente trasciende lo intelectual o lo religioso.
Aunque casi desde que tengo uso de razón asisto a la Iglesia Evangélica de Béjar, realmente no siempre he sido cristiano. Hubo un momento en que yo tuve que tomar una decisión personal, es evidente que el hecho de que mis padres me hayan educado en unos valores, digamos, cristianos ha sido algo que ha influído, pero tengo claro que no ha sido en absoluto determinante, ha sido completamente una decisión personal, hecha con total libertad y conocimiento de las consecuencias.
Según la Rae, religión es un conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. En este sentido, hay cientos de religiones, de maneras en que los hombres creen interpretar el mundo y dar veneración y temer a diferentes deidades o espíritus. La tónica general de las religiones es que el hombre descubre que hay alguien ahí arriba, o en un mundo espiritual no visible, y que por lo tanto, este hombre debe desarrollar una serie de ritos o de buenas obras para hacerse válido a los ojos de estos dioses o seres, y que de esta manera pueda el alma del hombre llegar a trascender o a alcanzar un nivel de salvación o aceptación. En resumen, la religión es el intento del hombre de alcanzar a Dios.
Pero durante estos días he estado hablando acerca de un dios específico, alguien que ha creado todo lo que vemos, tan sumamente inteligente para hacer una obra tan precisa. Ese es el dios en quién yo creo, pero, aceptando la existencia de este dios tan alto, tan poderoso, tan lejano a nosotros, que hemos visto que ni siquiera podemos encargarnos de nosotros mismos, considero sinceramente que no podríamos llegar a ser capaces de conocerlo, de llegar a él, y mucho menos, de tener una relación con él. Este es un principio que muchas veces me han comentado algunos amigos y estoy de acuerdo con ellos, si es que existe algún dios, le es imposible al hombre acercarse a él, es demasiado inaccesible, demasiado puro para que podamos encontrarlo. Creo que ahí es donde está el punto flaco de las religiones, muchas veces pensamos que podemos, cumpliendo una serie de preceptos, llegar a alcanzar y a impresionar o “comprar” a Dios, al ser tan inteligente que describía tiempo atrás. Considero la misma idea como una inmensa sobrevaloración de nosotros mismos y, al mismo tiempo, una infravaloración del creador.
Yo coincido con los que pensáis que, de haber un creador, es imposible que le lleguemos a conocer, aunque ahí incluyo un “pero”. Por nuestros propios medios es imposible que le podamos llegar a conocer o a impresionar, la solución llega cuando es Él mismo quién se acerca a nosotros, cuando el mismo Dios se hace hombre para estar con nosotros, para hablarnos, y lo más importante, para hacer que podamos acercarnos a Él, para pagar el precio de la culpa que nos separaba de su altura, de su pureza. Nosotros no podemos llegar a Él, pero ciertamente Él sí puede llegar a nosotros, y eso hizo.
En otro momento intentaré mostraros algunas razones que tengo para pensar, no solamente en la realidad histórica de la persona de Jesús de Nazaret, sino en que él era quién afirmaba ser y cumplió su tarea de una forma perfecta. Hoy seré subjetivo, y hablaré de lo que creo sin tapujos.
Creo que la Biblia es la palabra de Dios, que Él ha guiado a los diferentes escritores a lo largo de miles de años, para crear un libro que nos diga exactamente lo que necesitamos saber para llegar a conocerle en la medida que precisamos. Allí está lo que necesitamos, ni más ni menos. Y en este libro dice que es imposible para nosotros acercarnos a Dios por nuestros medios, por lo tanto, Dios se hizo hombre en la persona de Jesús, el Mesías largamente anunciado en el Antiguo Testamento, y pagó exactamente la pena que debíamos nosotros, suplió nuestras evidentes debilidades, cargó con nuestra maldad en su muerte en la cruz y resucitó al tercer día para comprobar que era quién decía ser, que no era uno más. Mediante este sacrificio nos dio la posibilidad de llegar a Él y de tener una relación personal, de tú a tú, con el creador.
Ese es el fundamento de mi fe, de mi experiencia, mi relación con Dios, que te aseguro es completamente real. Esa es la buena noticia que quiero trasmitir, que me gustaría que la gente entendiera. El ser humano ciertamente es malo, somos lobos para nosotros mismos, aunque nos empeñemos en camuflarlo. En nuestra situación, el llegar a Dios es un atrevimiento que no podemos permitirnos. Pero Él tomó la iniciativa, Él mismo llevó a cabo la mayor y más importante operación de rescate de la historia. Jesús no vino a indicarnos el camino a Dios, Él dijo que es el camino, no una indicación hacia este.
La decisión de aceptar este rescate es algo personal, nadie puede decidir por ti, y las consecuencias de tu sí o tu no son tan trascendentes que literalmente es cuestión de vida o muerte. El aceptar el sacrificio de Jesús, como el justo pago de tu propia deuda, aquella que no podrías pagar de ninguna otra manera es algo que cada persona debe hacer por su cuenta. Mi cometido es ofrecerte esta posibilidad, la decisión es totalmente tuya.
viernes, 18 de marzo de 2011
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1 comentario:
Como siempre,.¡estupenda tu exposición! Más claro agua. Tu declaración de fe dice mucho de tu valor para vivir como piensas. Somos convergentes en muchas opiniones y divergentes en alguna que en realidad no pasa por ser algo que nos separe demasiado solo son matices de interpretación. Por ejemplo no creo que Dios sea inaccesible.Más inaccesibles son nuestros gobernantes y los tenemos al lado. O Telefónica o el personal de cualquier ayuntamiento. Incluso nuestros vecinos. A Dios se llega muy fácil haciendo las cosas que le agradan con nuestro prójimo al que vemos. Por otra parte el Libro deja claro que siempre es Dios el que busca al hombre que sabe muy bien donde encontrarlo. De mil maneras distintas Dios es muy accesible al hombre. No es tema de un comentario sino de un artículo. Saludos
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