¿Quieres a … como tu legítima esposa, y así serle fiel y respetarla en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las penas, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte os separe?
Algo así es el juramento matrimonial, siempre y cuando vaya acompañado por un “sí, quiero”. Algo así es la aceptación que toda persona que contrae matrimonio. Más o menos estas son las palabras que aceptan como verdaderas, que literalmente jura toda persona que da este paso de casarse con su pareja.
Me gustaría recapacitar un poco sobre el concepto del juramento. La Real Academia dice que juramento es la “afirmación o negación de algo, poniendo por testigo a Dios, o en sí mismo o en sus criaturas.” Según este significado, cuando juras algo, estás dando tu palabra, no solamente delante de la persona o personas ante quienes la estás dando, sino que, de hecho, estás incluyendo en esta afirmación a Dios mismo, estás afirmando que vas a cumplir lo que dices delante de la máxima autoridad existente.
Antiguamente, más de un milenio antes del comienzo de nuestra era, se hacía un ritual para dar significado a un juramento. Este ritual se usaba sobre todo para los compromisos comerciales. En este ritual, se mataban diferentes animales y se cortaban en dos partes haciendo un camino entre las mitades de los cadáveres de los animales. Las personas que contraían este juramento pasaban por entre los animales para hacer saber y dejar claro que quien lo incumpla, correría la misma suerte que esos animales. Literalmente estaban afirmando que en ese juramento, estaban poniendo su propio bienestar físico, su misma vida, como aval por esta promesa. Su afirmación era que, o cumplían ese juramento, o pagarían con su vida.
El significado del juramento es algo muy serio. No creo que sea muy inteligente jurar algo a la ligera, poner por testigo a Dios sobre algo que existe alguna posibilidad que no vayas a cumplir, bien porque no seas capaz o porque, llegado el momento, tu idea cambie y no quieras seguir adelante con aquello que juraste. No solamente lo digo porque tu palabra quede en entredicho delante de los hombres o delante de Dios, que ya es suficientemente grave, sino porque, literalmente y aunque no lo sepas, el juramento trae consigo la idea de que pones tu vida como aval. Aunque solamente sea por amor a tu propia vida, no es una buena idea el dar juramentos con riesgo de no cumplir.
Pues bien, paradógicamente, España es uno de los países más religiosos de la Unión Europea, al menos nominalmente, y, aún así, encabeza los números en cuanto al número de divorcios por habitante. Como ya hablaba otro día, nos hemos especializado en huir de las consecuencias de nuestros actos. Para nuestra sociedad, y, por lo tanto, para nosotros mismos, es lo más normal que alguien incumpla su juramento, el divorcio es algo completamente normalizado. Incluso vemos como algo bueno que un matrimonio que tiene problemas, se divorcie. Damos preferencia a la huida antes que a buscar una solución, una reconciliación. Yo no quiero meterme en ninguna situación específica y está claro que cada pareja y cada situación es única. Pero lo que sí que tengo claro es que un juramento debe cumplirse.
Soy consciente que expresar mi opinión de esta manera y respecto a este tema puede generar pensamientos y acusaciones en mi contra, tachándome de retrógrado o de cientos más de cosas, pero considero que es más importante ser fiel a mis valores y auténtico que estar deacuerdo con lo que la sociedad me dice que es bueno o malo. Porque la sociedad ha estado equivocada tantas veces en la historia que podemos afirmar sin ánimo a equivocarnos que la mayoría no suele tener la razón. El ser humano es tan fácil de engañar y de llevar por donde unos pocos quieren que he elegido ser firme en mis convicciones, y, cueste lo que cueste, hacer caso al corazón y a lo que opina Dios mucho antes que a esta sociedad cambiante, adolescente y sin ninguna base firme, tan fácilmente manipulable. Prefiero construir mi casa en la roca, donde sé que estará firme que en la playa, donde el mar se la llevará y la arena no la sujetará.
En otro momento seguiré hablando acerca de qué evidencias tengo de que lo que yo creo es real y no otra manipulación de las que hablo como ya vine haciendo estos días atrás, pero hoy me gustaría dejaros con esta idea. El juramento es algo muy serio, extremadamente serio diría yo. Si realmente no estáis dispuestos a pagar las consecuencias de hacerlo, sencillamente dejadlo pasar, no incumpláis vuestros juramentos, no solamente por el valor de vuestra palabra, que delante de Dios y de los hombres será pisada si lo incumplís, sino porque literalmente va vuestra vida en ello.
4 comentarios:
Me guuuuusta!!
http://www.locuraesfelicidad.blogspot.com
Me parece bien, yo no sé bien bien como se hace porque soy un poco novata en esto pero ya me dirás :)
Me alegro de que te haya gustado!
No, no me preguntes porque no me acuerdo. Lo encontré por ahí, supongo que en algún enlace o no sé. Ya he hecho la lista de blogs, muchas gracias por la ayuda :)
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