Recientemente,
usted públicamente se presentó como el Califa, el líder de un
Nuevo orden para el mundo islámico. En su sermón inaugural en la
mezquita en Mosul, cerca de las ruinas de Nínive, usted dijo: “Si
ustedes me ven en el camino correcto, ayúdenme. Si me ven en el
camino equivocado, aconséjenme y deténganme”. Yo he tomado en
cuenta su solicitud y quiero hacer exactamente eso.
Represión, avaricia, hipocresía, restricciones, política,
acaparación, destrucción de la libertad, guerras, egoísmos, matanzas, pobreza,
desidia, afán de superioridad, injusticias, ansia de controlar a los demás,
uniformidad, diferentes varas de medir, destrucción, mentiras, maldad, juicios
falsos, guerras fratricidas, impuestos a los pobres para enriquecerse unos
pocos, inquisiciones, muerte a los infieles, violaciones, aprovecharse del débil,
amar el poder y a los poderosos, callar ante atrocidades, incluso aplaudirlas,
asesinar a los disidentes, cerrar bocas a fuego, retrasar el avance de la
ciencia, sembrar la discordia, hacer el mal, amar más el dinero y el poder que
a las personas, prevaricar, pasado, felizmente pasado…
Puede ser que esto sea lo que te viene a la mente cuando
escuchas la palabra “cristianismo”. Vivimos en una sociedad que ya ha probado el cristianismo, y
está claro que solamente ha traído miseria, desolación, injusticias, retraso. Pero
eso ya ha pasado (gracias a Dios, dirá alguna mente mordaz), ha pasado y ahora
hemos evolucionado, porque después del túnel debe venir la luz, porque después
de la tormenta, felizmente, llega la calma.
Vivimos en un país, y en un continente, que se tiene por
post-cristiano. Aquello ya lo probamos durante demasiado tiempo, y está claro
que no funcionaba. Ahora somos más listos, la ciencia nos ampara, y todo el
mundo sabe que la ciencia es el enemigo de la fe, luego ahora ya nada de eso
funciona.
Es obvio que hay muchas, muchísimas, demasiadas cosas que se
han hecho muy mal en el seno de la iglesia de Roma, acaparadora de ese mal
llamado cristianismo durante siglos. Y no me corresponde a mí defenderlos, pero
me parece bastante injusta esta postura con los Romanos, es cierto que han
hecho muchas cosas malas, auténticas aberraciones, eso no lo quita nadie, y no
creo que haya más justificación que la de la maldad humana; pero también es
verdad que hay muchas cosas que se han hecho muy bien, es cierto que hasta hace
muy poco tiempo las únicas ayudas que recibían los pobres y desamparados, eran
gracias a la iglesia de Roma, al menos en nuestro país, es cierto que, de una
manera o de otra, se ha mantenido una unidad, una estabilidad en nuestro
continente que de otra manera no habría sido posible.
Pero no es mi intención llamar la atención sobre lo que fue
el pasado de nuestro país, no quiero remover el estiércol y sacar a la luz el
poco bien entre el mucho mal. No quiero llamar la atención sobre el pasado y
sus sinsabores, sobre la miseria o la falta de ella que dejó lo que tú
consideras como cristianismo, quiero llamar la atención sobre el cristianismo
mismo.
El cristianismo no se trata de gente que se cree superior a
otros intentando imponer su criterio, el cristianismo trata de gente que se
sabe inferior intentando ayudar a los demás. El cristianismo no va de los
buenos contra los malos, va de los malos redimidos y perdonados. El
cristianismo no es una sociedad de gente que se tiene por buena, va de gente
que se sabe necesitada, que se sabe salvada, que se sabe perdonada, que se sabe
amada, y que solo quiere que los demás entiendan qué es eso tan grande que
ellos han encontrado. El cristianismo va de Dios mismo buscando pecadores,
muriendo en su lugar. Ese es su valor, el auténtico valor del cristianismo
reside en una horrible cruz, en una tumba vacía. No reside en el oro, en la
elocuencia o en el poder. El cristianismo va de Dios mismo viniendo a buscar lo que se había perdido.
Lo que estoy diciendo es que España, que Europa no es una
sociedad post-cristiana. Lo que estoy diciendo es que nuestra sociedad nunca ha
conocido el cristianismo, lo que ha conocido es una organización que en nombre
del cristianismo ha hecho y ha deshecho el bien y el mal que ha estimado
oportuno.
Seguramente pensarás que el cristianismo ya nada tiene que ofrecer al mundo de hoy en día, pero es precisamente hoy, en esta sociedad en la que vivimos, en donde el cristianismo auténtico tiene mucho más que decir que en cualquier otro momento histórico. Miro a mi alrededor y pienso hasta qué punto nuestro mundo sería mejor si todo el mundo supiera de su bajeza, si tuviésemos a los demás como superiores a uno mismo, si tratásemos de ser el reflejo del amor que Dios nos ha mandado, si buscásemos el bien de los otros por encima del nuestro propio, si viviésemos nuestras vidas como debemos, literalmente, como Dios manda.
Si cuando escuchas la palabra “cristianismo” te viene a la
mente lo que hay arriba, sencillamente debes pensar en si en realidad, alguna vez en tu vida has entendido el cristianismo.
Estudio teología. Eso es lo que hago. Es algo un
poco raro y lo sé, para empezar, porque veo la cara que pone la gente cuando se
enteran de lo que hago. No es algo que esté de moda, no es algo con lo que me
vaya a hacer de oro en el futuro, ni siquiera sé que va a ser de mí a ciencia
cierta, aunque eso no es ninguna novedad para casi nadie tal y como están las
cosas. Pero la verdad es que me encanta. Dios es algo respecto a lo que, cuanto
más aprendo, más quiero saber.
Pero el estar estudiando esto, no me hace un teólogo. Ni
siquiera el terminar los estudios de teología te hace teólogo. De la misma
manera que estudiar filosofía no te hace filósofo. Alguno por ahí pondrá una cara
un poco extraña. Terminar los estudios de ingeniería te hace ingeniero, de
psicología te hace psicólogo, de derecho te hace abogado, etc. Pero para ser teólogo,
el requisito no es el haber terminado unos estudios y llegar a un rango de
sabiduría de ese tema, ni siquiera lo consigues escribiendo libros acerca de
todas las religiones del mundo o haciendo una tesis que deje boquiabiertos a
los miembros del tribunal, no.
El requisito básico para ser teólogo es existir, pensar,
ser. Así es. Y prestad atención que no he dicho que este requisito es creer,
porque podría malinterpretarse. Porque lo que quiero trasmitir es que
absolutamente todo el mundo es teólogo, que tú eres teólogo, incluso aunque
pienses que no crees en nada, por la sencilla razón que no creer en nada es creer en
algo, aunque ese algo sea que no hay nada. Me explico, si tu caso es que no sigues ninguna religión establecida,
o no la sigues de una manera concienzuda, practicante, para entendernos, no
significa que no tienes ninguna opinión al respecto, todo lo contrario. Si no crees en ninguna religión establecida es precisamente porque tienes una opinión al respecto, una que, en tu mente al menos, niega la validez de estas religiones.
El caso que decía antes de la filosofía es exactamente el
mismo. El no haber estudiado a los filósofos clásicos y no tener ni idea de qué
pensaba Kant no significa que no hagas filosofía, incluso aunque no sepas qué
es la filosofía. Tienes una cosmovisión, que no es sino una manera de ver la
vida, que te permite analizar todo lo que te rodea y crear una opinión al
respecto, una explicación. Eso es ser un filósofo, el lograr interiorizar una
idea personal del mundo exterior que está ahí fuera.
Si eres católico, eres teólogo, porque tienes una opinión
religiosa basada en una serie de normas, ritos y dogmas que, mezclados con tus
opiniones personales, que te hacen interpretar la vida desde un prisma
religioso particular. Si eres agnóstico, y piensas que algo debe haber ahí
fuera, algo que ha hecho todo lo que vemos, pero no entiendes muy bien cómo
podemos llegar a entender esa fuerza,
tienes una opinión religiosa que te hace interpretar la vida y lo que los demás
dicen respecto a esto, luego eres teólogo. Si eres ateo y piensas que no existe
nada parecido a un dios o una fuerza
invisible que, de alguna manera, puede interferir o afectar nuestras vidas,
tienes una opinión religiosa al
respecto, una que te hace ver la vida de una determinada manera y tener una
idea personal respecto a lo que yo cuento en mi Pajarería, y eso te convierte
en teólogo.
Con esto no estoy diciendo que son iguales todas las
interpretaciones en esta cuestión o que todos somos teólogos al mismo nivel. Está
claro que alguien que solamente se ha acercado a la teología para repetir como
un papagayo una serie de fórmulas mágicas
y no piensa en nada de mayor trascendencia, sino que se limita a seguir instrucciones porque sí, no es teólogo
al mismo nivel de alguien que realmente este tema le preocupa y no acude a Dios
por ignorancia, sino para conocer sinceramente. No tienen nada que ver. Pero lo
que no cabe duda es que el personaje que solamente se dedica a repetir palabras
sin saber siquiera lo que significan, lo hace por algo, y a su manera, es teólogo. Y con esto tampoco estoy diciendo que toda persona que, sinceramente se acerque a estos temas tenga razón, para nada. Para alguien que haya seguido más o menos lo que escribo, tendrá claro que no soy muy políticamente correcto respecto a esto y no tengo ningún reparo al decir que la única religión auténtica es la que acepta la muerte de Cristo a nuestro favor, y que esa es la única manera de acercarnos a Dios. Pero esto no niega validez al hecho de que aún la persona que niega esto que pienso es teóloga.
Eres teólogo. Eres filósofo. Interpretas el mundo desde tu
prisma. Sigues una religión (probablemente no una religión reglada, no una
escrita en piedra y que va variando según vives diferentes experiencias en la
vida, quizá una religión que se basa en afirmar que la religión es el cáncer de
la humanidad, y que todo esto de los curas y sucedáneos es una mentira y un
comecocos, pero una religión al fin y al cabo). Eso es un hecho.
Los judíos mesiánicos, aquellos que aceptan a Jesús como
el Mesías -el ungido de Dios- forman comunidades en muchos países,
incluyendo Israel, y se reúnen en las llamadas ‘sinagogas mesiánicas’.
Estados Unidos es uno de los países con comunidades mesiánicas más
fuertes, de las cuales salen misioneros para otras partes del mundo. El
rabino Yosef Harvey Koelner, de la sinagoga Beth Avinu, en Florida,
explica que aunque su rito es muy parecido al tradicional, con lecturas y
cánticos de la Biblia, la diferencia fundamental es que "los
ortodoxos todavía están esperando al Mesías y no creen que Y'shua -como
se llama a Jesús en hebreo- es el Mesías".
Añade que los ortodoxos "creen que adorar a Y'shua como el Mesías es
idolatría, porque su doctrina dice que un hombre no puede ser igual a
Dios".
El rabino hace referencia a que Jesús era judío y predicaba en las
sinagogas, donde relataba sus parábolas y salía al paso de los desafíos
que le presentaban los fariseos. La mayoría de los judíos de la época de
Jesús no creyeron en él porque no vieron cumplirse las profecías tal
como ellos las entendían: esperaban un rey que los liberara del yugo
romano. Para ellos, Jesús es un personaje histórico, pero ni siquiera es
un profeta, tal como lo reconocen los musulmanes.
En el altar de la sinagoga está la Torá –en hebreo- y el
Pentateuco, es decir, los cinco primeros libros de la Biblia, escritos
por Moisés. El rabino Koelner explica que los judíos mesiánicos no se
consideran cristianos, como el resto de denominaciones o grupos que
siguen a Jesús, en el sentido de que siguen siendo judíos y han
‘completado’ su fe al creer en Jesús. "Al principio todos los creyentes
eran judíos o gente que asistía a la sinagoga. El contexto del Nuevo
Pacto -el Nuevo Testamento- es judío", dice Koelner.
"Durante el primer siglo después de Cristo había mucho interés en el
judaísmo en el mundo romano y muchos en las sinagogas estudiaban las
escrituras hebreas", señala el rabino. Se sabe que Pablo fue quien
predicó el Evangelio a los gentiles, es decir, los no judíos.
El rabino explica que pronto la creencia en Jesús empezó a acomodarse a
las circunstancias. El emperador Constantino, convertido al
cristianismo, cambió el día de fiesta semanal "porque en el mundo romano
había muchos paganos que adoraban a su dios el domingo, día del sol".
En esos tiempos, se impusieron reglas "para subyugar a los paganos" y
convertirlos al cristianismo, afirma.
Creer en Jesús no significa
para los mesiánicos cambiar de religión ni abandonar su cultura. "Como
judíos mesiánicos es nuestro deseo mantener nuestra cultura, costumbres y
creencias , y celebrar el Shabbat -el sábado, el día sagrado-,
porque Y'shua dijo que vino a los corderos de la casa de Israel",
explica el rabino.
En su opinión, lo que ocurrió cuando se institucionalizó el
cristianismo en Roma -el actual catolicismo- es comparable con el
sincretismo religioso que se dio en América Latina con la llegada de los
europeos, con lo cual santos y vírgenes tienen su equivalente en
creencias indígenas o cultos africanos.
"Cuando yo era estudiante en México, había una iglesia católica sobre
una colina, pero descubrieron que fue edificada sobre un templo azteca.
Fue para subyugar a los indios, que continuaron adorando a su dios en el
mismo lugar pero cambiando la forma de su templo. Casi en todos los
países de Centro y Sudamérica hay una virgen, porque los dioses de los
aztecas, mayas e incas los reemplazaban", relata.
El judaísmo mesiánico no es reconocido por el judaísmo
tradicional. La relación entre ellos es "de odio", afirma con tristeza
Koelner. Richard, uno de los feligreses de la sinagoga que él lidera en
Florida, agrega: "No sólo no existe una relación, sino que hay mucha
división: los ultraortodoxos no aceptan al resto de los judíos, que
consideran ciudadanos de segunda clase".
Koelner nació en Chicago y creció como judío ortodoxo. A los 19 años
tuvo una experiencia espiritual que terminó haciéndolo creyente en Jesús
y que años después lo llevó a formar parte del judaísmo mesiánico. Ha
tenido la experiencia de vivir en Israel, país que considera su patria,
pero uno de los problemas de los judíos mesiánicos es que en Israel no
hay división entre Estado e Iglesia. "Según la ley rabínica soy judío,
pero según la ley de inmigración no, porque cambié de religión y no
tengo derecho a vivir en Israel automáticamente".
"Es difícil, porque mi corazón está allá, es mi tierra. En EE.UU. me
siento como pez fuera del agua. Estoy esperando el permiso del
Ministerio del Interior desde 2008. ¿Por qué? Porque creo en Y'shua. Me
duele mucho", añade.
Esta fe como tal surgió en el siglo XIX en Londres como un
movimiento judío-cristiano y paralelamente en Hungría, mientras que en
1915 se organizó en EE.UU. y en 1925 a nivel internacional. Para la
década de 1960 se renovó en este último país con el nombre de judaísmo
mesiánico.
La congregación en Florida, liderada por el rabino Koelne, está
integrada por judíos ortodoxos que aceptaron a Jesús, israelíes,
afroestadounidenses e hispanoamericanos, desencantados de la Iglesia
católica, evangélicos y personas que están descubriendo sus raíces
judaicas, que se remontan al descubrimiento de América.
"En América Latina hay un interés tremendo, porque mucha gente está
descubriendo sus raíces judías", comenta, mostrando un libro con los
apellidos españoles de origen sefardí, los judíos que fueron expulsados
por los Reyes Católicos antes del primer viaje de Cristóbal Colón.
"Hay muchos libros sobre la historia de América Latina y se sabe que de
judíos se mudaron al nuevo continente, al principio a Brasil y al norte
de México y el Mar Caribe", concluye.
Hoy os quiero regalar otra canción. En este caso es en español, así que me ha costado menos trabajo escribirla. Considero que describe como pocas la esencia de cristianismo auténtico, del verdadero mensaje de la Biblia.
Os dejo con la canción "En Ti" de Alex Sampedro. Debajo os dejo la letra para que la disfrutéis como se debe.
En Ti. Alex Sampedro.
¿Quién podrá borrar mis actos?, ¿quién podrá lavar mis
manos?
¿Quién podrá salvar mi alma?, ¿quién hará ese milagro?
¿Quién querrá quitar mis faltas y dejarlas a un lado?
¿Quién reparará mi corazón manchado de pecado?
¿Dónde encontraré respuesta?
¿Dónde encontraré respuesta?
En Ti, la justicia y la gracia se besaron.
En Ti los profetas encontraron la esperanza de este mundo.
Y cumpliste la escritura de antaño,
y así me salvaste por amor.
¿Quién podrá borrar mis actos?, ¿quién podrá lavar mis
manos?
¿Quién podrá salvar mi alma?, ¿quién hará ese milagro?
¿Quién querrá quitar mis faltas y dejarlas a un lado?
¿Quién reparará mi corazón manchado de pecado?
¿Dónde encontraré respuesta?
¿Dónde encontraré respuesta?
En Ti, la justicia y la gracia se besaron.
En Ti los profetas encontraron la esperanza de este mundo.
Y cumpliste la escritura de antaño,
y así me salvaste por amor.
En Ti, la justicia y la gracia se besaron.
En Ti los profetas encontraron la esperanza de este mundo.
¿Qué tal si te digo que Jesús vino a
abolir la religión?
¿Qué tal si te digo que votar por el
PP no era realmente su misión?
¿Qué tal si te digo que "de derechas" no
necesariamente quiere decir cristiano, y que sólo porque llames a
algunos “ciegos" no te hace ver?
Es decir, si la religión es tan buena,
¿por qué ha comenzado tantas guerras?
¿Por qué construye iglesias enormes,
pero falla al alimentar al pobre?
Les dice a las madres solteras que Dios
no las ama si se han divorciado, aún cuando en el Antiguo Testamento
Él llama “prostitutas” a los religiosos.
La religión predica gracia, pero otra
cosa practica.
Tiende a ridiculizar a la gente de
Dios, lo hicieron con Juan el Bautista.
No pudiendo arreglar sus problemas,
trata de enmascararlos, sin darse cuenta que es como echar perfume en
un ataúd.
El problema con la religión es que
nunca se llega a la base.
Solo una modificación de conducta,
como una larga lista de tareas.
Así que vistamos el exterior, hagamos
que luzca bonito y pulcro.
¡Qué gracioso!, eso es lo que hacen
con las momias, mientras el cuerpo se pudre debajo.
No estoy juzgando, sólo digo "ten
cuidado de parecer falso, porque hay un problema si la gente sólo
sabe que eres cristiano por tu Facebook".
Es decir, que en cualquier otro aspecto
de la vida sabes que esa lógica indigna, es como decir que
juegas en el Madrid sólo porque te compraste la camiseta.
Mira, ese era yo también y nadie
parecía estar encima de mí, actuaba como un niño de iglesia,
mientras era adicto a la pornografía.
Yo iba a la iglesia el domingo, pero el
sábado me desvanecía actuando como si hubiera sido creado
simplemente para tener sexo y terminar desgastado.
Pasé toda mi vida poniendo una fachada
de pulcritud, pero ahora que conozco a Jesús, me alegro de mis
debilidades.
Porque si la Gracia es agua, entonces
la Iglesia debería ser el océano.
No es un museo de gente buena, es un
hospital para el quebrantado.
Ya no tengo que ocultar mis faltas, no
tengo que ocultar mi pecado, porque mi salvación no depende de mí,
sino depende de Él.
Porque cuando era el enemigo de Dios, y
desde luego no era su fan, Él me miró abajo y dijo, “yo quiero a
ese hombre”.
Por eso es que Jesús odiaba la
religión, y por eso los llama necios, ¿no ves que Él es mejor que
sólo seguir algunas reglas?
Ahora quiero aclarar algo, yo amo la Iglesia, amo la Biblia y sí, yo creo en el pecado, pero si Jesús
llegara a tu iglesia, ¿realmente lo dejarían entrar?
Recuerda que Él fue llamado glotón y
borracho por gente “religiosa”.
Pero el Hijo de Dios no aplica nuestra propia justicia, no lo hace ahora, ni en ese entonces.
Ahora, vuelvo al tema y creo que una
cosa es vital mencionarla, cómo Jesús y religión son aspectos
opuestos.
Razón por la cual la salvación es gratuitamente mía, y el perdón es mío propio. No basado en mis
esfuerzos, sino solamente en la obediencia de Jesús.
Porque Él tomó la corona de espinas, y
su sangre goteaba por su rostro. Él tomó lo que todos merecíamos,
creo que por eso lo llamamos Gracia.
Mientras era asesinado, Él gritó
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Porque cuando era colgado en esa cruz,
Él estaba pensando en ti.
Él pagó por todos tus pecados y luego
lo enterraron en la tumba, es por eso que estoy de rodillas en la
cruz diciendo “vamos, hay espacio”.
Ahora sé que odio la religión, de
hecho, literalmente, estoy resentido.
Porque cuando Jesús dijo, “Todo está
pagado”, estoy seguro que lo decía en serio.
"Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia." Romanos 4:5
(La traducción es básicamente la que aparece en el vídeo, he modificado algunas cosas para que se entiendan mejor en España y otras porque considero que no estaba bien traducida del todo. De todos modos, si veis algún fallo, no dudéis en comentármelo.)
Youcef Nadarkhani, así se llama. Por
mucho que intenten ocultarlo o que pretendan restarle importancia no
lo van a conseguir. Puede que logren sus fines a corto plazo pero su
equivocación va mucho más allá de lo que jamás han supuesto.
Este iraní de 34 años, está casado y
es padre de dos hijos, uno de 6 y otro de 8 años. Aunque nació y se
crió en una familia musulmana, a los 19 años se convirtió al
cristianismo y llegó a convertirse en el pastor de una red de
iglesias evangélicas que supera los 400 miembros.
Lleva ya desde el 2009 teniendo
problemas con la justicia, que lo atormenta para lograr que rechace
su fe en Cristo y vuelva al “redil” de Mahoma. Incluso su mujer
fue detenida y sentenciada a cadena perpetua por los mismos motivos,
aunque fue liberada más tarde cuando lograron apelar la sentencia,
labor nada sencilla en la justicia iraní. También han denunciado
que la congregación cristiana de la zona está siendo hostigada, que
ha habido muchas detenciones y hostigamientos por parte de la
justicia. Durante todo este tiempo les advirtieron que si no se
convertían al Islam les quitarían a sus hijos y los entregarían a
una familia musulmana.
En octubre de 2009, Youcef fue a la escuela donde asistían sus hijos para protestar del
hecho de que obligaban a aprender el Islam, en clara oposición a la
constitución, que legisla libertad religiosa en el territorio. La
policía secreta le llamó a comparecer ante un tribunal político y
fue detenido por protestar, acusación que después volvió a cambiar
al delito de apostasía y evangelización. Desde entonces ha estado preso.
Han intentado por todos los medios convertirle de vuelta al Islam sin
resultados, incluso le llegaron a medicar y decir que estaba loco.
El 23 de agosto del 2010, fue juzgado y
el tribunal le sentenció a muerte verbalmente. Podrían recurrir la
sentencia si hubiera sido por escrito, pero al ser verbal, esto
imposibilita que se pueda protestar. La justicia iraní alega que ha
tenido muchas ocasiones de retractarse y salir completamente libre
pero está siendo muy obstinado.
Esta sentencia es firme, y las
autoridades iraníes están tratando de ocultar y restar importancia
al tema por todos los medios posibles. Este hombre va a ser
asesinado, su mujer encarcelada, si tiene suerte y no corre la misma
suerte que Youcef, y sus dos hijos entregados a una familia musulmana
para que los críe.
Y todo esto está ocurriendo bajo el
amparo y el apoyo de una nación, la iraní, que fundó junto con
nuestro país, la alianza de civilizaciones, dando una clara muestra
de la clase de alianza que está buscando esta gente.
Poco o nada podemos hacer nosotros, ya
ha habido una petición formal por parte de Estados Unidos para que
Youcef sea liberado, y numerosas organizaciones se están movilizando
enormemente para salvar la vida de este hombre y para que cese la
persecución de los cristianos por todo el mundo musulmán, pero cada
grano de arena que aportemos es mucho más que importante. En estos
momentos, ante el fanatismo intolerante y religioso, ante la
injusticia más vil y más sucia, somos la boca de miles de personas
como Youcef, que se juegan la vida a diario solamente por creer lo
que se supone que no deben. Aquí os dejo un link para si queréis
firmar para la liberación de Youcef, aunque si buscáis un poco,
encontraréis muchas otras organizaciones que están recogiendo
firmas para esto mismo.
En España sabemos de sobra qué es el
fanatismo intolerante religioso, pues lo hemos sufrido en nuestras
propias carnes hace no muchos años, en que era un delito pensar
diferente, mucho más creer diferente. Estemos agradecidos por la
libertad que gozamos y ayudemos a otros que no tienen esta suerte, a
costa de su propia vida y la de su familia.
Bueno, pues ya pasó el fin de semana. Estamos inaugurando otra nueva que vendrá cargada de ilusiones, esperanzas, nuevas experiencias y para muchos, desgraciadamente, más rutina. Todo esto aderezado con un calor asfixiante.
Ayer estaba pensando de varios temas que podría tratar aquí pero hoy no. Esta tarde iré a una acampada que tengo con mis chavales hasta el jueves, así que os tendré que dejar hasta el viernes, con todo el pesar de mi corazón.
Aún así, si veis que os aburrís y necesitáis vuestra dosis de pajarería, seguramente haya muchas entradas que no hayáis leído de las más antiguas, así que os animo a leerlas. De todas maneras, os quiero dejar con un pensamiento para que lo rumiéis durante este tiempo.
Recuerdo un comentario de un amigo en una entrada que me decía que él prefería no creer en Dios porque si cuando yo me muriera descubriera que Dios no existe, habré tirado mi vida por la borda. Pues bien, no solamente para nada estoy tirando mi vida por la borda siguiendo algo que SÉ que existe, sino me gustaría reformularos la pregunta, si cuando muráis, descubrís que el loco del pajarero tenía razón y que la salvación la tuvisteis tan cerca, tan fácil que solamente teníais que extender la mano y tomarla, porque todo ya está pagado, ¿no pensaríais que habíais tirado vuestra eternidad por la borda?.
Ahí os dejo una comparsa de los carnavales de Cádiz. Espero que os guste.
Estaba en el instituto, con algunos amigos a la puerta de la clase de lengua, esperando a que llegara el profesor. Llegó un compañero, con los auriculares puestos, estaba escuchando la radio. Nos dijo que había habido un atentado de ETA en Madrid, en varias estaciones de tren, al parecer había sido un atentado gigantesco y había habido muchos muertos. El resto de esa clase estuvimos, junto con el profesor, siguiendo la última hora de esa carnicería.
Era el 11 de marzo del 2004, una fecha sin duda funesta para nuestro país y para toda Europa, pues se cometía el mayor atentado en toda su historia, que es bien larga. Se reafirmaba que estábamos presenciando un cambio en el mundo, después del 11-S, que entrabamos en una era mucho más complicada, mucho más oscura.
Después se vio que los atentados no fueron de ETA sino de Al Qaeda, que el mal venía de fuera, que el odio había cruzado mares para darnos la estocada en el corazón. Y es que la religión puede hacer mucho daño, sobre todo al servicio de los poderosos, llevamos siendo testigos varios milenios.
Aquel jueves negro, el odio mismo hizo explotar sincronizadamente 10 explosiones en cuatro trenes de la red de cercanías de Madrid, y dejaron, en medio de aquel infierno que las cámaras nos han dejado registrado, 191 vidas segadas, y casi 2000 heridos. 191 familias rotas, 191 sueños pisados por la férrea suela de la religión al servicio de la locura.
Hoy hace 7 años del mayor atentado de la historia de Europa. Mucho ha llovido desde entonces y muchos han sido los comentarios que han surgido respecto a este tema. Partidos políticos han usado esta atrocidad para acusar a otros de ocultar información, de mentir deliberadamente, de aprovechar la ocasión para ganar las elecciones que acontecieron 3 días después, se ha oído de la incompetencia de algunos cargos de las fuerzas de seguridad del estado, que hicieron posible la barbarie, se ha escuchado de todo tipo de conexiones malvadas y extrañas que ayudaron o posibilitaron los atentados y miles de rumores más, no me extrañaría escuchar algo sobre la conjura de alguna raza alienígena que movió a los yihadistas a actuar. El ser humano es capaz de buscar miles de razones en muchos sitios, de intentar cambiar la dirección de la atención popular para no hacer frente a la realidad. Y en este caso la cruda realidad es que 191 personas perdieron la vida, que los medios que tuvieron que velar por su seguridad simplemente fallaron, la verdad sencillamente es que el ser humano es malvado, que busca su propia destrucción por motivos perversos, y que somos incapaces de combatir contra ello. Lo cierto es que en la cumbre de nuestra civilización, con tantos adelantos y tantos derechos, en la civilización que conquistará las estrellas, somos unos desgraciados, no somos capaces de ver más allá de nuestro ombligo. Pero esto no es lo peor, lo peor es que, aún enterrados en nuestros propios excrementos, nos creemos algo, pensamos que podemos reclamar algo de alguien. Sencillamente somos iguales que aquel lobo que no podía dejar de lamer el filo que lo mataba.
Mi más profundo pésame a todas aquellas familias que perdieron a sus seres amados, a todas las madres que despidieron a sus hijos para que fueran a clase esperando tenerlos para comer unas horas después, a todos aquellos maridos que aún no han podido reponerse de las heridas de sus corazones, a todas las personas que sientan que desde aquel 11 de marzo del 2004 todos somos más frágiles, más vulnerables, a todos aquellos que saben que en ese jueves negro todos viajábamos en esos trenes, mi más profundo pésame.
Realmente digo que me alegro mucho del interés que ha suscitado mi entrada del 22 de febrero en que denunciaba el engaño que había supuesto durante 150 años en la educación la imagen para ilustrar la evolución de los embriones de Ernst Haeckel. Mi intención al escribir en este blog es que podamos compartir opiniones respecto a varios temas y es algo muy positivo que tengamos esta oportunidad para comunicarnos y expresar nuestros puntos de vista.
Dije que tenía pensado mostrar algunas evidencias científicas que creo que apoyan la existencia de un diseñador inteligente del universo, pero hoy me gustaría centrarme en responder algunas de las opiniones y acusaciones que he recibido con respecto a mi fe cristiana.
En primer lugar, quería preguntar acerca de la acusación de demagogia que he recibido de algunos de vosotros. No niego que esté usando de esto pero realmente no soy consciente, por lo que agradecería que me explicaseis en qué sentido estoy siendo demagogo. Realmente no entiendo muy bien el significado de esta palabra, así que busqué en la R.A.E. donde encontré lo siguiente:
Demagogia.
(Del gr. δημαγωγία).
1.f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
2.f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
Sería muy positivo que me aclaraseis esto para intentar no volver a caer en lo mismo, pidiendo ante todo perdón por este motivo, aseguro que no he sido consciente.
Para continuar, quiero intentar contestar algunos de los puntos que me habéis comentado. Para empezar, y cosa que veréis es la base de todo esto, no comparto ni acepto como bueno todo acto realizado en nombre de Dios o de la religión. Está claro que muchos religiosos, incluso (o mejor podría decir, sobre todo), cristianos, han cometido un sinfín de atrocidades a lo largo de toda la historia, matando gente indiscriminadamente, buscando esconder y luchar contra todo adelanto científico, robando, extorsionando, y tantas y tantas cosas que se han hecho basadas en la perversidad humana y que condeno con todas mis fuerzas. No defiendo ni disculpo sus errores, no me posiciono con ellos en absoluto y reconozco que muchas veces se han cometido tremendos errores. Ante todo quiero dejar eso claro.
En este caso, me gustaría poner un ejemplo para intentar dejarlo claro. Vamos a imaginar que una persona X se mete en un colegio con un arma y comienza a matar niños indiscriminadamente. Cuando es reducido por la policía después de asesinar salvajemente a 13 criaturas, él alega que lo hizo en nombre y bajo el mandato de Miguel Ángel Pozo. Cuando la policía viniera a buscarme y en el posterior juicio, yo no aceptaría la autoría de estos crímenes bajo ningún concepto, por mucho que este señor X diga y asegure que él lo hizo en mi nombre, realmente lo hacía bajo su propio consejo y no bajo mi influencia. Lo que quiero mostrar es que no soy culpable de lo que se hace en mi nombre, sino de lo que realmente haga o influencie para que se haga.
En cuanto a la afirmación de que el evolucionismo no ha hecho daño a nadie ni ha causado guerras, me gustaría aclarar que es completamente incierto. Baste un ejemplo para ilustrarlo, Entre los años 1939 y 1945, se desarrolló la guerra más terrorífica y devastadora que el hombre haya conocido en toda su historia. La Segunda Guerra Mundial, como todos sabréis, surgió como consecuencia de la oposición de los países “aliados” en contra de la barbarie nazi, en general, y de su expansión “pangermanista” en concreto. La ideología nazi, desde un punto de vista biológico, se basaba en la evolución. Ellos pensaban que la cúspide de la mutación y adaptación biológica que llevó a la diversidad presente es el ser humano, y dentro de esta cúspide, el punto más alto es la raza aria. Por lo tanto es de suponer que en un orden lógico de las cosas, el ario debe ser el líder de entre los hombres, y no debe mezclarse con los otros seres humanos inferiores. De esta manera está justificada la matanza de más de 6 millones de judíos, así como su uso para investigaciones científicas por parte de Aribert Heim, apodado el Doctor Muerte. Yo no haré como vosotros, no acusaré a todo aquel que cree en la evolución de asesino y de antisemita, pero solamente quiero que veáis que el peligro está allí también, que la afirmación que el evolucionismo no trajo mal es completamente incierta.
Lo que me gustaría mostraros, no con estas palabras, sino con otras publicaciones que haga más adelante, es que la teología no tiene que estar en contra de las ciencias físicas, astronómicas, matemáticas, paleontológicas, etc. Que simplemente son dos ramas del conocimiento humano que pueden complementarse si se usan de una manera adecuada. Trataré de mostraros que no desprecio la ciencia como algo que tengo que ocultar porque niega la existencia de Dios, sino precisamente que veáis que esta misma ciencia de hecho afirma la existencia de un diseñador inteligente, de alguien que ha colocado todo y lo ha hecho funcionar tan perfectamente, que pensar que todo es producto del azar es un acto de fe infinitamente mayor que afirmar la existencia de un creador.