viernes, 21 de junio de 2024

Nunca me fui, pero ahora vuelvo

 


La Pajarería del Tío Poe fue un proyecto que llevé a cabo con mucha ilusión durante varios años antes de que la vida me pusiera imposible seguir con él. Muchas gracias a todos los que me seguisteis y animasteis en ese entonces. Pero el escribir siempre ha sido una de mis pasiones y no he podido dejarlo a un lado. 

Durante la pandemia, escribí el que sería mi primer libro, "Rosas por cenizas", que fue publicado por la editorial EBI. El mismo libro está a punto de salir al mercado en su traducción al inglés. También, a finales de este año, saldrá a la luz mi segundo libro, hay otro que lo hará el próximo, y más proyectos terminados y terminando están por ahí. 

Por eso, si te gustó y te gusta lo que hice por este blog, te animo a que me sigas en mi página web, recientemente creada: pozomangel.es

Allí, podrás seguir todos mis movimientos, leer sobre cosas importantes, formar parte de mi vida y dejarme formar parte de la tuya. 

Con mucho cariño,


jueves, 26 de marzo de 2020

Clases SEFOVAN Online

¡Buenos días a todos!

Os escribo después de una larga pausa por causas personales, familiares y, en general, por falta de tiempo. El caso es que, actualmente, estoy dando clases de Teología Evangélica en el seminario donde yo mismo estudié en Madrid y, por causa del confinamiento obligado por la pandemia de COVID-19, estamos comenzando a dar las clases online.

Dentro de la problemática de la situación, nos da la gran oportunidad de ofrecer, de manera gratuita, las clases que estamos dando a todos los interesados. Por si a alguien le interesa, aquí os dejo los enlaces de los módulos que se están dando actualmente.

 

 




Estos enlaces son para las clases que restan de esta semana. Para las de la semana que viene y, para apuntarse a otras clases online completamente gratuitas, pondremos más información en la página de Facebook: https://www.facebook.com/sefovan/

¡Un saludo a todos!

martes, 17 de noviembre de 2015

lunes, 27 de octubre de 2014

Carta al Califa

Sr. Abu-Bakar al-Baghdadi
Califa
Mosul, Irak

Estimado Sr. al Baghdadi,
Recientemente, usted públicamente se presentó como el Califa, el líder de un Nuevo orden para el mundo islámico. En su sermón inaugural en la mezquita en Mosul, cerca de las ruinas de Nínive, usted dijo: “Si ustedes me ven en el camino correcto, ayúdenme. Si me ven en el camino equivocado, aconséjenme y deténganme”. Yo he tomado en cuenta su solicitud y quiero hacer exactamente eso.

jueves, 16 de octubre de 2014

De los ni-ni a los in-in

Se habla mucho de los jóvenes ni-ni (ni estudian ni trabajan) pero en realidad lo que se lleva es la moda de los adultos in-in, indefinidos e intolerantes.

El problema hoy en día es definirse, posicionarse de forma clara frente a otros. Se lleva el “todo vale”, donde el teórico tolerante es capaz de asimilar cualquier idea salvo aquella que cuestione el fondo de las suyas propias.

El/la in-in viene a querer decir algo así como esto:
Si yo soy tolerante y acepto cualquier cosa, ¿quién eres tú, repugnante intolerante para decir que crees algo concreto, que estás convencido de alguna idea, que te crees capaz de creer y tomar una postura y defenderla saliéndote de mi planteamiento? Sin ninguna duda (yo sí puedo definirte) eres orgullos@, prepotente, inquisidor/a, excluyente y desde luego fundamentalista. No como yo, que sé lo que los demás deben pensar, la indefinición que hay que asumir, y el relativismo de ideas que TIENES que aceptar para entrar en mi tolerancia incuestionable.

El/la in-in considera en el fondo que tiene la verdad absoluta de que todo es relativo y lo que los demás deben pensar o no pensar dentro siempre de ese marco.

Sabe integrar en su sistema cualquier idea (por muy opuesta o contradictoria que sea) en una especie de Torre de Babel en la que convivan bajo el paraguas del amor, la convivencia, la unidad o la tolerancia como etiqueta.

Presume de aceptarlo todo, pero es incapaz de respetar la realidad de que la diversidad no se vive dentro de una armadura, sino en la posibilidad de elegir cada uno su traje, en el que cada cual decide con quién quiere y no quiere caminar.

Hoy en día vivimos rodeados de in-in, de forma que quien se atreve a opinar de manera diferente cuestionando a lo estipulado es tachado/a de opresor/a, y se le condena. No se trata de quién tiene razón, sino de la posibilidad de elegir coincidir o no, permanecer o no, elegir dónde y con quién estar.

Y quien se atreve a ser coherente con sus ideas negando el relativismo in-in es acusado de “imponer” sus ideas por simplemente defender la libertad de conciencia y negarse a que otros le impongan su forma de pensar.

Los in-in en el fondo defienden un pensamiento único en el ellos son quienes dictan las normas, imponen un relativismo absoluto y crean un sistema de pensamiento en el que todo tiene cabida siempre y cuando no vaya contra la filosofía de su sistema.

Si Jesús hubiese sido in-in, nunca habría dicho y hecho lo que dijo e hizo. Aunque, está de más decirlo, tampoco habría sido crucificado.


martes, 14 de octubre de 2014

Lo que es un ser humano (Filoanoisía II)

“Nosotras parimos, nosotras decidimos”

Muchos españoles habrán visto con alivio la retirada del plan del PP de no aplicar la reforma del aborto tal y como la planteaba el que fuera ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. En un mundo que va hacia, cada vez más derechos y libertades, parece un sinsentido el quitarle a la mujer el derecho de hacer lo que quiera con su cuerpo. El cuerpo de cada uno le pertenece a él mismo, y ningún gobierno debería obligar a nadie a ser madre sin que ella lo desee abiertamente. Al fin y al cabo, si alguien ha sido violada, la pobre mujer no está obligada a traer al mundo a un niño que le recuerde su traumática situación día tras día por el resto de su vida. Si una mujer espera traer al mundo a un niño con síndrome de Down, sería algo que destruiría su vida para siempre, y que condicionaría a los padres a ser esclavos de este bebé, si es que se le puede llamar así. Una niñita de 12 años que queda embarazada, puede tener todo el derecho a deshacerse de aquello que le va a arruinar su vida y le va a destruir la juventud.

Al fin y al cabo, de lo que se trata es de deshacerse de un puñado de células, algo así como sonarse los mocos o quitarse un grano frente al espejo. No es muy comprensible que nadie tenga que legislar la manera en que cada uno se limpia las narices o si puedo deshacerme de un grano o no.

Todo esto puede parecer lógico y normal, de hecho, puede que tú mismo pienses esto. Y para mí, esto es otro ejemplo clarísimo de filoanoisía. La clave en todo esto está en lo que consideres ser humano, dónde está la diferencia entre un ser humano y un puñado de células.

Respecto a esto, podemos considerar varios criterios para ver hasta qué punto piensa la gente que estamos hablando de persona, o de masa informe de células que más bien son un estorbo que un humano. Hay quien piensa que el nacimiento es el momento crucial, y es por esto que, en muchos lugares, el aborto está permitido hasta el mismo momento del parto. Otra teoría que cada día gana más popularidad, es la de pensar que un ser humano comienza a serlo desde el mismo momento en que es consciente de su propia existencia. Hay quien piensa que el ser humano comienza a existir en el momento en que sus órganos están formados. También existe la opinión de que un ser humano es tal en el momento que se considera que puede sobrevivir de manera independiente o incluso en el momento en que es útil para la sociedad, algo así como si tuviera que pasar un examen de aptitud para ser aceptado como “uno de los nuestros”.

Quizá en alguna de las razones que he mencionado, has asentido con la cabeza y has pensado, esa es la razón que a ti me parece más lógica. Pues bien, vamos a pensar y a plantear las razones que ponemos unos y otros para considerar a un puñado de células persona o apéndice sobrante en el vientre de una dama.

Por una parte, para los que piensan que el nacimiento es el momento crucial, se plantean varias preguntas importantes. Para empezar, el por qué un bebé es exactamente igual diez minutos antes del nacimiento que después. Así, en cuestión de una hora, un ser, sin cambiar en ningún momento en su fisiología, ha pasado de ser grano a ser persona. A lo que también tenemos que preguntarnos, ¿el nacimiento tiene que ser natural para ser un ser humano?, ¿o un puñado de células (que, casualmente se parecía demasiado a un bebé) que ha salido por una incisión practicada a la madre en la barriga, se convierte mágicamente en una persona? Parece que no tiene mucho sentido esta razón, si nos ponemos a plantearnos con un mínimo de seriedad. Parece más bien una excusa para poder deshacernos de algo que nos sobra sin herir nuestra conciencia que de una razón real y científica para considera humano a alguien o no.

Si un ser humano es aquel que es consciente de su propia existencia, entonces nos encontramos ante un problema de una envergadura colosal. Porque no solamente un feto en el vientre de su madre es un subproducto desechable, sino que un niño de 3 años también sería considerado como tal, porque aún no es consciente de forma plena de su propia existencia. Así que esta razón estaría fomentando el infanticidio con la misma razón (“nosotras parimos, nosotras decidimos”). Pero ahí no queda la cosa. Si tú mismo tienes un accidente y quedas postrado en coma o dentro de unos años se te detecta alzheimer, podrías llegar a ser considerado como amasijo de células descartables si se llegara a pensar que has dejado de ser consciente de tu propia existencia. Así que si tú eres de los que piensa de esta manera, te sugiero que siempre uses casco, te pongas el cinturón y reces con todas tus fuerzas para nunca sufrir nada que te haga perder la consciencia de tu propia existencia, o acabarás siendo descartado.

Si la razón es que puede sobrevivir de manera independiente, la situación se vuelve más peliaguda. Un feto no puede sobrevivir de manera independiente, así que adelante con ello, puedes descartarlo alegremente como el que se saca la cera de los oídos. Pero el tema escalofriante es hasta dónde nos lleva esto. Un niño de un año no puede sobrevivir de manera independiente, un parapléjico no puede sobrevivir de manera independiente, un anciano de avanzada edad, si está bastante aquejado, no puede sobrevivir de manera independiente. Pero ahí no queda esto, la independencia de una persona, es algo que cambia de una sociedad a otra. Hay niños en diferentes ciudades que son capaces de sobrevivir buscándose la vida desde una edad bastante temprana, pero vivimos en una sociedad en que cada vez se está postergando más la independencia, a lo que yo me pregunto, ¿un hombre hecho y derecho de 30 años que vive de sus padres y en su casa, y por lo tanto no sobrevive de manera independiente, es un ser humano? En ese caso, quitarle la vida sería un derecho de su madre, consecuencia natural de su libertad. Siguiendo la lógica del argumento, no es ninguna tontería ni se ha exagerado lo más mínimo la razón para ser persona, solamente está llevada hasta su conclusión más lógica, mostrando la brutalidad y la estupidez del argumento.

En cuanto a si un ser humano lo es si es útil para la sociedad, nos encontramos ante una situación que ni Hitler se atrevió a soñar. Porque si tu vida solo vale por lo que haces, tu seguridad ha desaparecido. Cualquier cosa que te pase, te convertirá en un lastre que, en bien de la sociedad, debe ser descartado. Ya hablé un poco de esto hace un tiempo, pero el problema principal radica aquí en quién es el encargado de decidir si tú eres útil o no. Porque si lo es el estado, o tu familia, tu existencia pende de un hilo. No digamos de aquellos que tienen alguna tara, como discapacidad física o mental, a las cámaras de gas todos, solo nos hacen gastar dinero y ser menos felices.

Si crees que un ser humano es aquel que tiene sus órganos formados, entonces tenemos una razón científica para ver si lo que tenemos es un ser humano o no, no sencillamente una razón filosófica e interpretable. Pues bien, me pregunto si alguien que, por cualquier razón, como un accidente o una enfermedad, pierde uno de sus órganos, por ese mismo hecho deja de ser persona y comienza a ser una pieza de carne bastante cara para la sanidad pública. Y no es ningún disparate el pensar esto, porque si los órganos son los que nos hacen humanos, perderlos sería perder nuestra humanidad, y convertirnos en víctimas potenciales de la libertad de nuestras madres para acabar con aquello que estorba y cohíbe sus derechos como mujeres.

No veo mucho sentido en estas razones. Si son aparentemente científicas, muestran una brutalidad extrema y pueden llevar a casos de auténtica pesadilla, en muchos casos son arbitrarias y podrían ser usadas para justificar auténticas barbaridades. Espero que no me tachéis de fanático religioso por presentar una nueva razón para considerar humano a alguien, espero que no lo hagáis porque no pienso dar ni una sola razón religiosa (que podría), sino sencillamente una biológica, fácil de comprender y que no lleva a ninguna aberración. ¿Podría ser que un ser humano lo es desde el mismo momento en que tiene un ADN de ser humano único, en el que ya está codificado perfectamente cómo será? No encuentro una mejor razón científica para considerar a un ser humano como tal, sencillamente porque no la hay. Pero el problema con esto son las escandalosas consecuencias lógicas que conlleva. Porque desde el mismo instante de la concepción, esas células ya tienen un ADN humano, perfectamente formado y único, procedente de las células reproductivas de sus progenitores, y esto hace que su destrucción sea, con toda la razón del mundo, considerado como asesinato. Esto pone por encima el derecho a vivir de un ser humano al derecho a escoger si quiere tener un bebé o no de una mujer, porque el precio a pagar si lo descarta no será como el de quitarse un grano, sino más bien el de asesinar a su propio hijo, con todas las consecuencias que eso conlleva, en todos los sentidos. El comprender esto, haría que todos los progresistas que dicen amar la vida y la libertad y que se llenan la boca con los derechos de los animales, dejaran de prestar tanta atención a si se matan toros en plazas o bisones para hacer abrigos (ojo, cosas con la que tampoco simpatizo), y comenzasen a defender las vidas de miles de seres humanos en toda regla, absolutamente desvalidos, que están siendo exterminados en nombre de los derechos y de las libertades de gente que, en la mayoría de los casos, aún no ha aprendido lo que significa la responsabilidad y las justas consecuencias de sus actos.

Así pues, en cuanto al aborto, las mujeres por supuesto que tienen libertad de elegir, porque ellas son las que paren. Y en la inmensísima mayoría de los casos tienen esta oportunidad de elegir, eligen en el momento en el que se acuestan con un hombre sin tomar medidas, esa es su elección. Lo que viene después es sencillamente las consecuencias de sus elecciones. A deshacerse de su error, a eso no deberían tener derecho, porque por encima de su libertad de elegir está, estuvo y siempre debería estar el derecho a la vida de un ser humano en toda regla.

lunes, 13 de octubre de 2014

El Dios moral

 ¿Cómo puede ser que exista un Dios bueno en gran manera y permita tanto mal y sufrimiento en la Tierra? ¿Es coherente el creer en la existencia del Dios de la Biblia, que tanto ama al mundo, mientras vemos cómo se exterminan poblaciones enteras, vemos las barbaridades que hacen los miembros del ISIS, mientras cada día salen a la luz los casos de corrupción política a diario, en medio de un país con cada vez más indigentes? ¿Es posible que, ante los casos tan flagrantes de maldad en la humanidad, haya un Dios contemplativo? ¿No es verdad que la existencia de este mal en medio nuestro es la más grande prueba en contra de la existencia de un Dios benevolente?

Posiblemente hayas escuchado este tipo de preguntas, puede ser incluso que tú mismo te lo estés preguntando en este momento. Pues bien, vamos a comenzar con un asunto de extrema importancia en este tema: hacer este tipo de preguntas significa considerar que hay algo que es malo, aún cuando haya gente que no lo vea como tal, que existen valores y deberes morales objetivos ajenos a opiniones, culturas o cosmovisiones. Me explico, decir que el Holocausto fue algo malvado es legítimo, porque así fue, fue una barbaridad, incluso aunque muchos nazis pensaban en ese momento que estaban haciendo un bien a la humanidad. Incluso aunque solamente una persona en todo el mundo hubiera pensado que aquello era perverso, no por ello habría dejado de serlo, aunque todo el mundo pensara que era algo bueno.

Y es curioso que, incluso la mayoría de los ateos en este mundo, crean que haya cosas buenas o malas independientemente de los valores morales de los que llevan a cabo tales acciones. La violación de una niña es algo terrible, aunque la cultura en la que se lleve a cabo lo permitiera, eso no hace que deje de ser terrible. Esto significa que hay un bien y un mal absolutos, que van más allá de opiniones o de cosmovisiones. El violar a una niña de 6 años es algo objetiva y absolutamente perverso, más allá de la opinión del violador al respecto.

Si Dios existe, tenemos un sólido fundamento para los valores y deberes morales objetivos.

En el punto de vista teísta, los valores morales vienen de Dios. Como dijo San Anselmo, Dios es, por definición, el mayor ser concebible y por lo tanto el bien supremo. De hecho, Él no solamente es perfectamente bueno, sino que es la fuente y el paradigma de todo valor moral. La santidad y el amor intrínsecos de Dios dan el estándar con el que se pueden medir todas las acciones de las personas. Él es por naturaleza amoroso, generoso, fiel y amable. Así que si Dios existe, los valores morales objetivos existen, y lo hacen independientemente de los seres humanos.

Desde el punto de vista teísta, los deberes morales objetivos están constituidos por los mandamientos de Dios. La naturaleza moral de Dios se expresa en relación a nosotros en forma de mandamientos divinos que constituyen nuestros deberes u obligaciones morales. Así pues, lejos de ser arbitriarios, los mandamientos de Dios deben ser consistentes con su naturaleza santa y amorosa. Esto significa que nuestros deberes, están basados en los mandamientos de Dios y éstos reflejan su carácter esencial. En la tradición judeo-cristiana, todos los deberes morales se pueden resumir en los dos grandes mandamientos: El primero, amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas, y el segundo, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Sobre esta base podemos afirmar la justicia objetiva del amor, la generosidad, el auto-sacrificio y la igualdad, y condena como objetivamente malo el egoísmo, el odio, el abuso, la discriminación y la opresión.

Resumiendo, el teísmo ofrece los recursos para un sólido fundamento para la moralidad: da base tanto a los valores morales como a las obligaciones morales objetivas; y como yo pienso, que es evidente que Dios existe, tenemos una base sólida para los valores y deberes morales objetivos.

Si Dios no existe, no tenemos un sólido fundamento para los valores y deberes morales objetivos.

Si Dios no existe, ¿qué base queda para la existencia de los valores morales objetivos? Particularmente, ¿por qué pensamos que los seres humanos tendrían valor moral objetivo? Desde el punto de vista ateo, los seres humanos somos sencillamente bioproductos accidentales que han evolucionado hace relativamente poco tiempo en una mota de polvo llamada planeta Tierra, y que están condenados a perecer de una manera individual y colectiva en relativamente poco tiempo. Desde el punto de vista ateo, es complicado ver alguna razón para pensar que el bienestar de un humano es objetivamente bueno, al menos no más que el bienestar de un insecto o el bienestar de una hiena.

Desde el punto de vista naturalista, los valores morales solamente son consecuencia de la evolución biológica y el condicionamiento social. Así como un grupo de babuínos exhiben cooperación e incluso auto-sacrificio porque la selección natural ha determinado que este comportamiento es ventajoso en la lucha por la supervivencia, de la misma manera, sus primos homo sapiens, han evolucionado a una especie de moral de rebaño por las mismas razones. Como resultado de las presiones socio-biológicas en el homo sapiens, esto ha evolucionado en una especie de moralidad que funciona bien en la perpetuación de nuestra especie. Pero en el punto de vista ateo, no parece haber nada que haga que esta moralidad sea objetiva y real, sencillamente es algo que es útil para sobrevivir.

Así pues, según este punto de vista, nuestra moralidad es el producto de la evolución biológica. De la misma manera que tenemos pulgares oponibles y andamos erguidos, tenemos un comportamiento tribal que nos ayuda a sobrevivir.

Así que nosotros, como seres humanos, al pensar que somos especiales y que nuestra moralidad es cierta de una manera objetiva, estamos cayendo en “especie-ismo”, es decir, establecer la superioridad de nuestra especie sin justificación alguna.

Si no hay Dios, cualquier razón para pensar que la nuestra es una moral de rebaño que ha evolucionado con el homo sapiens en este planeta, para llegar a convertirse en verdad moral objetiva, parece haber desaparecido. Saca a Dios del cuadro, y verás que lo que queda es una criatura simiesca en una mota de polvo con serios delirios morales de grandeza.

La afirmación de Richard Dawkins (un eminente defensor del ateísmo) del valor del hombre puede ser deprimente. Dice: “al final no hay diseño, no hay propósito, no hay mal, no hay bien, nada salvo indiferencia sin sentido... Somos máquinas que propagan ADN... ¿Esta es la única razón para la existencia de todo ser viviente?”


No tiene sentido el pensar que pueden haber valores morales objetivos y reales, sin la existencia de un Dios que los haya puesto ahí. La evolución biológica no resuelve el problema, el ateísmo no tiene respuestas válidas. Así que, de una manera sorprendente, la acusación contra Dios se torna en una prueba más de Su existencia. Ya hablamos de que Su existencia es, no solamente posible a la vista de la existencia del mal partiendo de Sus atributos de poder, bondad y sabiduría, sino que la existencia del mal es una prueba más de que existe un Dios con estas características. Hoy la gran pregunta de que cómo puede un Dios bueno existir cuando existe el mal, se torna hacia la necesidad de que un Dios moral exista, puesto que ha puesto en nosotros la idea de bien y mal, sin que nos quede otra explicación que la de que Él es la base de lo que llamamos moralidad. 

Así que la pregunta que queda es, ¿cómo es posible que Dios no exista, puesto que sabemos que hay cosas que son objetivamente malas?

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