domingo, 30 de marzo de 2014

Sola Scriptura

Por tanto, a menos que yo sea persuadido o convencido por el testimonio de la Escritura, o por el más claro razonamiento, - a menos que sea persuadido por medio de los pasajes que he citado, - y a menos que mi conciencia sea sometida de esta manera por la Palabra de Dios, no puedo retractarme y no lo haré, porque es peligroso para un cristiano el hablar en contra de su conciencia. ¡Me mantengo firme, no puedo hacer otra cosa; que Dios me ayude! ¡Amén!

Estas fueron las palabras con que terminó su comparecencia Martín Lutero en la Dieta de Worms, a la que había sido convocado ante los príncipes alemanes y el emperador Carlos V, para que se retractara de sus famosas tesis, con las que había puesto en relieve los excesos de la Iglesia Católica Romana, y es en estas palabras en que vemos con toda claridad la primera de las consignas protestantes, las llamadas cinco solas.

Sola Scriptura fue el grito de guerra de la Reforma Protestante. Esta es la primera de las protestas protestantes, valga la redundancia, y lo primero que tenía que cambiar la Iglesia del Papa para llegar a ser la Iglesia de Cristo, que era la intención de los reformadores, no la de constituir un cisma que dividiera la Iglesia, más bien era hacer volver a la Iglesia a la doctrina de la Palabra de Dios, la doctrina de los apóstoles. Paradójicamente, la intención era la de hacer volver a la Iglesia que se decía apostólica a lo que los apóstoles mismos dijeron, de lo cual se habían desviado.

Sola Scriptura es una expresión latina que significa “solamente por los Escritos”, “con la única base de la Escritura”, es decir, solamente basándose en la Biblia. Significa que la Biblia es la única que tiene la autoridad última, y todos los ritos, dogmas, creencias y tradiciones de la iglesia, deben estar supeditadas siempre a la Biblia, porque se la considera completa, autoritativa y verdadera, y tiene la última palabra en materia de fe y práctica para el cristiano. La Biblia, en 2 Timoteo 3:16, dice: “Toda la Escritura es ‘inspirada por Dios’ (dada por la inspiración de Dios) y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia....”.

Desde entonces, y a través de los siglos, la Iglesia Romana ha negado la validez de la Sola Scriptura, y su principal argumento para negarla es que no se encuentra explicitamente declarada en la Biblia, lo cual es completamente cierto, en ningún lugar en las Escrituras se dice que no debe haber más autoridad que la Biblia, pero lo que debemos ver es lo que sí podemos encontrar ahí. La Biblia se reconoce a sí misma como inspirada por Dios, que no falla y con autoridad total, también podemos ver que Dios no cambia de opinión ni se contradice a sí mismo. Así que, mientras está claro que la Biblia en ningún momento menciona la Sola Scriptura, el hecho es que no permite que existan tradiciones que, mientras que se dicen “cristianas”, contradigan su mensaje. Por lo que podemos concluir que no es la Biblia la que condena las tradiciones en sí misma, sino que son éstas, las tradiciones, los dogmas, las decisiones conciliares, bulas y demás invenciones humanas anti bíblicas, las que se condenan a sí mismas al ir en contra de lo que Dios ha dicho en Su Palabra, sabiendo que Él nunca va a contradecirse. Dios mismo se ha ocupado de que tengamos un libro donde podamos ver qué es lo que Él espera de nosotros. Si un hombre, por representante de Dios que se diga, viene y nos presenta algo que contradiga lo que Dios mismo ha declarado para que lo creamos como Palabra de Dios, la única respuesta auténticamente piadosa sería la que dio Lutero, con la que abro esta entrada, porque como dijo Pedro, junto al resto de los apóstoles: ¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! (Hechos 5:29), y como dijo el apóstol Pablo: Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema (Gálatas 1:8), opinión esta, la de San Pablo (inspirado por el Espíritu Santo), que deja en muy mal lugar a los que se atreven a seguir a Roma en detrimento de la Biblia.

Aún así, la Sola Scriptura no nos dice que no podamos tener una tradición eclesiástica, o que no podamos tener una serie de ritos o de prácticas, incluso aunque estos ritos no aparezcan explicitados en la Biblia, eso es perfectamente posible, pero siempre debemos tomar la Biblia como la base y como la máxima autoridad para poder edificar sobre el cimiento que nos dejaron aquellos que vivieron con Cristo durante todo Su ministerio, para que podamos edificar sobre aquellos a quienes Dios mismo escogió, capacitó e inspiró para guiarlos a toda verdad (Juan 16:13). Es sobre esa verdad, la Biblia, sobre la que debemos basar, no solamente las normas y criterios de la iglesia, sino sobre la que debemos basar nuestras vidas, para hacer como le fue ordenado a Josué: Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. (Josué 1:8).

Las tradiciones no son el problema, el problema son aquellas tradiciones que van en contra de la Biblia, más aún cuando es en base a esas tradiciones que se rige la iglesia que se dice venir de aquel que dio la Biblia. No es lógico que la Iglesia haya mantenido la misma Biblia como libro prohibido durante siglos, condenando a millones de fieles a la mentira y a la manipulación, cuando los apóstoles a los que dicen suceder elogiaron la actitud de los habitantes de Berea, que buscaban en la Biblia para ver si lo que San Pablo decía era cierto o no (Hechos 17:11). No es lógico que una lista como esta exista, más aún viendo cómo dicen representar a Dios en este mundo.

Sola Scriptura es la primera de las cinco solas, las consignas de la Reforma Protestante, y hoy más que nunca, a tan poco tiempo de cumplirse el quinto centenario de aquel acontecimiento histórico, debemos recordar contra lo que lucharon aquellos hombres, por qué lo hicieron, y por qué estamos tan cerca de lo que llevó a hacerlo necesario, ahora entre las filas de los que salieron del lado de la Sola Scriptura en aquel momento. Es necesario recordarlo no sea que, llevando 5 siglos buscando pajas en ojos ajenos, dejemos de ver, hipócritamente, las vigas que crecen tan peligrosamente en los nuestros.

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