lunes, 27 de octubre de 2014

Carta al Califa

Sr. Abu-Bakar al-Baghdadi
Califa
Mosul, Irak

Estimado Sr. al Baghdadi,
Recientemente, usted públicamente se presentó como el Califa, el líder de un Nuevo orden para el mundo islámico. En su sermón inaugural en la mezquita en Mosul, cerca de las ruinas de Nínive, usted dijo: “Si ustedes me ven en el camino correcto, ayúdenme. Si me ven en el camino equivocado, aconséjenme y deténganme”. Yo he tomado en cuenta su solicitud y quiero hacer exactamente eso.

jueves, 16 de octubre de 2014

De los ni-ni a los in-in

Se habla mucho de los jóvenes ni-ni (ni estudian ni trabajan) pero en realidad lo que se lleva es la moda de los adultos in-in, indefinidos e intolerantes.

El problema hoy en día es definirse, posicionarse de forma clara frente a otros. Se lleva el “todo vale”, donde el teórico tolerante es capaz de asimilar cualquier idea salvo aquella que cuestione el fondo de las suyas propias.

El/la in-in viene a querer decir algo así como esto:
Si yo soy tolerante y acepto cualquier cosa, ¿quién eres tú, repugnante intolerante para decir que crees algo concreto, que estás convencido de alguna idea, que te crees capaz de creer y tomar una postura y defenderla saliéndote de mi planteamiento? Sin ninguna duda (yo sí puedo definirte) eres orgullos@, prepotente, inquisidor/a, excluyente y desde luego fundamentalista. No como yo, que sé lo que los demás deben pensar, la indefinición que hay que asumir, y el relativismo de ideas que TIENES que aceptar para entrar en mi tolerancia incuestionable.

El/la in-in considera en el fondo que tiene la verdad absoluta de que todo es relativo y lo que los demás deben pensar o no pensar dentro siempre de ese marco.

Sabe integrar en su sistema cualquier idea (por muy opuesta o contradictoria que sea) en una especie de Torre de Babel en la que convivan bajo el paraguas del amor, la convivencia, la unidad o la tolerancia como etiqueta.

Presume de aceptarlo todo, pero es incapaz de respetar la realidad de que la diversidad no se vive dentro de una armadura, sino en la posibilidad de elegir cada uno su traje, en el que cada cual decide con quién quiere y no quiere caminar.

Hoy en día vivimos rodeados de in-in, de forma que quien se atreve a opinar de manera diferente cuestionando a lo estipulado es tachado/a de opresor/a, y se le condena. No se trata de quién tiene razón, sino de la posibilidad de elegir coincidir o no, permanecer o no, elegir dónde y con quién estar.

Y quien se atreve a ser coherente con sus ideas negando el relativismo in-in es acusado de “imponer” sus ideas por simplemente defender la libertad de conciencia y negarse a que otros le impongan su forma de pensar.

Los in-in en el fondo defienden un pensamiento único en el ellos son quienes dictan las normas, imponen un relativismo absoluto y crean un sistema de pensamiento en el que todo tiene cabida siempre y cuando no vaya contra la filosofía de su sistema.

Si Jesús hubiese sido in-in, nunca habría dicho y hecho lo que dijo e hizo. Aunque, está de más decirlo, tampoco habría sido crucificado.


martes, 14 de octubre de 2014

Lo que es un ser humano (Filoanoisía II)

“Nosotras parimos, nosotras decidimos”

Muchos españoles habrán visto con alivio la retirada del plan del PP de no aplicar la reforma del aborto tal y como la planteaba el que fuera ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. En un mundo que va hacia, cada vez más derechos y libertades, parece un sinsentido el quitarle a la mujer el derecho de hacer lo que quiera con su cuerpo. El cuerpo de cada uno le pertenece a él mismo, y ningún gobierno debería obligar a nadie a ser madre sin que ella lo desee abiertamente. Al fin y al cabo, si alguien ha sido violada, la pobre mujer no está obligada a traer al mundo a un niño que le recuerde su traumática situación día tras día por el resto de su vida. Si una mujer espera traer al mundo a un niño con síndrome de Down, sería algo que destruiría su vida para siempre, y que condicionaría a los padres a ser esclavos de este bebé, si es que se le puede llamar así. Una niñita de 12 años que queda embarazada, puede tener todo el derecho a deshacerse de aquello que le va a arruinar su vida y le va a destruir la juventud.

Al fin y al cabo, de lo que se trata es de deshacerse de un puñado de células, algo así como sonarse los mocos o quitarse un grano frente al espejo. No es muy comprensible que nadie tenga que legislar la manera en que cada uno se limpia las narices o si puedo deshacerme de un grano o no.

Todo esto puede parecer lógico y normal, de hecho, puede que tú mismo pienses esto. Y para mí, esto es otro ejemplo clarísimo de filoanoisía. La clave en todo esto está en lo que consideres ser humano, dónde está la diferencia entre un ser humano y un puñado de células.

Respecto a esto, podemos considerar varios criterios para ver hasta qué punto piensa la gente que estamos hablando de persona, o de masa informe de células que más bien son un estorbo que un humano. Hay quien piensa que el nacimiento es el momento crucial, y es por esto que, en muchos lugares, el aborto está permitido hasta el mismo momento del parto. Otra teoría que cada día gana más popularidad, es la de pensar que un ser humano comienza a serlo desde el mismo momento en que es consciente de su propia existencia. Hay quien piensa que el ser humano comienza a existir en el momento en que sus órganos están formados. También existe la opinión de que un ser humano es tal en el momento que se considera que puede sobrevivir de manera independiente o incluso en el momento en que es útil para la sociedad, algo así como si tuviera que pasar un examen de aptitud para ser aceptado como “uno de los nuestros”.

Quizá en alguna de las razones que he mencionado, has asentido con la cabeza y has pensado, esa es la razón que a ti me parece más lógica. Pues bien, vamos a pensar y a plantear las razones que ponemos unos y otros para considerar a un puñado de células persona o apéndice sobrante en el vientre de una dama.

Por una parte, para los que piensan que el nacimiento es el momento crucial, se plantean varias preguntas importantes. Para empezar, el por qué un bebé es exactamente igual diez minutos antes del nacimiento que después. Así, en cuestión de una hora, un ser, sin cambiar en ningún momento en su fisiología, ha pasado de ser grano a ser persona. A lo que también tenemos que preguntarnos, ¿el nacimiento tiene que ser natural para ser un ser humano?, ¿o un puñado de células (que, casualmente se parecía demasiado a un bebé) que ha salido por una incisión practicada a la madre en la barriga, se convierte mágicamente en una persona? Parece que no tiene mucho sentido esta razón, si nos ponemos a plantearnos con un mínimo de seriedad. Parece más bien una excusa para poder deshacernos de algo que nos sobra sin herir nuestra conciencia que de una razón real y científica para considera humano a alguien o no.

Si un ser humano es aquel que es consciente de su propia existencia, entonces nos encontramos ante un problema de una envergadura colosal. Porque no solamente un feto en el vientre de su madre es un subproducto desechable, sino que un niño de 3 años también sería considerado como tal, porque aún no es consciente de forma plena de su propia existencia. Así que esta razón estaría fomentando el infanticidio con la misma razón (“nosotras parimos, nosotras decidimos”). Pero ahí no queda la cosa. Si tú mismo tienes un accidente y quedas postrado en coma o dentro de unos años se te detecta alzheimer, podrías llegar a ser considerado como amasijo de células descartables si se llegara a pensar que has dejado de ser consciente de tu propia existencia. Así que si tú eres de los que piensa de esta manera, te sugiero que siempre uses casco, te pongas el cinturón y reces con todas tus fuerzas para nunca sufrir nada que te haga perder la consciencia de tu propia existencia, o acabarás siendo descartado.

Si la razón es que puede sobrevivir de manera independiente, la situación se vuelve más peliaguda. Un feto no puede sobrevivir de manera independiente, así que adelante con ello, puedes descartarlo alegremente como el que se saca la cera de los oídos. Pero el tema escalofriante es hasta dónde nos lleva esto. Un niño de un año no puede sobrevivir de manera independiente, un parapléjico no puede sobrevivir de manera independiente, un anciano de avanzada edad, si está bastante aquejado, no puede sobrevivir de manera independiente. Pero ahí no queda esto, la independencia de una persona, es algo que cambia de una sociedad a otra. Hay niños en diferentes ciudades que son capaces de sobrevivir buscándose la vida desde una edad bastante temprana, pero vivimos en una sociedad en que cada vez se está postergando más la independencia, a lo que yo me pregunto, ¿un hombre hecho y derecho de 30 años que vive de sus padres y en su casa, y por lo tanto no sobrevive de manera independiente, es un ser humano? En ese caso, quitarle la vida sería un derecho de su madre, consecuencia natural de su libertad. Siguiendo la lógica del argumento, no es ninguna tontería ni se ha exagerado lo más mínimo la razón para ser persona, solamente está llevada hasta su conclusión más lógica, mostrando la brutalidad y la estupidez del argumento.

En cuanto a si un ser humano lo es si es útil para la sociedad, nos encontramos ante una situación que ni Hitler se atrevió a soñar. Porque si tu vida solo vale por lo que haces, tu seguridad ha desaparecido. Cualquier cosa que te pase, te convertirá en un lastre que, en bien de la sociedad, debe ser descartado. Ya hablé un poco de esto hace un tiempo, pero el problema principal radica aquí en quién es el encargado de decidir si tú eres útil o no. Porque si lo es el estado, o tu familia, tu existencia pende de un hilo. No digamos de aquellos que tienen alguna tara, como discapacidad física o mental, a las cámaras de gas todos, solo nos hacen gastar dinero y ser menos felices.

Si crees que un ser humano es aquel que tiene sus órganos formados, entonces tenemos una razón científica para ver si lo que tenemos es un ser humano o no, no sencillamente una razón filosófica e interpretable. Pues bien, me pregunto si alguien que, por cualquier razón, como un accidente o una enfermedad, pierde uno de sus órganos, por ese mismo hecho deja de ser persona y comienza a ser una pieza de carne bastante cara para la sanidad pública. Y no es ningún disparate el pensar esto, porque si los órganos son los que nos hacen humanos, perderlos sería perder nuestra humanidad, y convertirnos en víctimas potenciales de la libertad de nuestras madres para acabar con aquello que estorba y cohíbe sus derechos como mujeres.

No veo mucho sentido en estas razones. Si son aparentemente científicas, muestran una brutalidad extrema y pueden llevar a casos de auténtica pesadilla, en muchos casos son arbitrarias y podrían ser usadas para justificar auténticas barbaridades. Espero que no me tachéis de fanático religioso por presentar una nueva razón para considerar humano a alguien, espero que no lo hagáis porque no pienso dar ni una sola razón religiosa (que podría), sino sencillamente una biológica, fácil de comprender y que no lleva a ninguna aberración. ¿Podría ser que un ser humano lo es desde el mismo momento en que tiene un ADN de ser humano único, en el que ya está codificado perfectamente cómo será? No encuentro una mejor razón científica para considerar a un ser humano como tal, sencillamente porque no la hay. Pero el problema con esto son las escandalosas consecuencias lógicas que conlleva. Porque desde el mismo instante de la concepción, esas células ya tienen un ADN humano, perfectamente formado y único, procedente de las células reproductivas de sus progenitores, y esto hace que su destrucción sea, con toda la razón del mundo, considerado como asesinato. Esto pone por encima el derecho a vivir de un ser humano al derecho a escoger si quiere tener un bebé o no de una mujer, porque el precio a pagar si lo descarta no será como el de quitarse un grano, sino más bien el de asesinar a su propio hijo, con todas las consecuencias que eso conlleva, en todos los sentidos. El comprender esto, haría que todos los progresistas que dicen amar la vida y la libertad y que se llenan la boca con los derechos de los animales, dejaran de prestar tanta atención a si se matan toros en plazas o bisones para hacer abrigos (ojo, cosas con la que tampoco simpatizo), y comenzasen a defender las vidas de miles de seres humanos en toda regla, absolutamente desvalidos, que están siendo exterminados en nombre de los derechos y de las libertades de gente que, en la mayoría de los casos, aún no ha aprendido lo que significa la responsabilidad y las justas consecuencias de sus actos.

Así pues, en cuanto al aborto, las mujeres por supuesto que tienen libertad de elegir, porque ellas son las que paren. Y en la inmensísima mayoría de los casos tienen esta oportunidad de elegir, eligen en el momento en el que se acuestan con un hombre sin tomar medidas, esa es su elección. Lo que viene después es sencillamente las consecuencias de sus elecciones. A deshacerse de su error, a eso no deberían tener derecho, porque por encima de su libertad de elegir está, estuvo y siempre debería estar el derecho a la vida de un ser humano en toda regla.

lunes, 13 de octubre de 2014

El Dios moral

 ¿Cómo puede ser que exista un Dios bueno en gran manera y permita tanto mal y sufrimiento en la Tierra? ¿Es coherente el creer en la existencia del Dios de la Biblia, que tanto ama al mundo, mientras vemos cómo se exterminan poblaciones enteras, vemos las barbaridades que hacen los miembros del ISIS, mientras cada día salen a la luz los casos de corrupción política a diario, en medio de un país con cada vez más indigentes? ¿Es posible que, ante los casos tan flagrantes de maldad en la humanidad, haya un Dios contemplativo? ¿No es verdad que la existencia de este mal en medio nuestro es la más grande prueba en contra de la existencia de un Dios benevolente?

Posiblemente hayas escuchado este tipo de preguntas, puede ser incluso que tú mismo te lo estés preguntando en este momento. Pues bien, vamos a comenzar con un asunto de extrema importancia en este tema: hacer este tipo de preguntas significa considerar que hay algo que es malo, aún cuando haya gente que no lo vea como tal, que existen valores y deberes morales objetivos ajenos a opiniones, culturas o cosmovisiones. Me explico, decir que el Holocausto fue algo malvado es legítimo, porque así fue, fue una barbaridad, incluso aunque muchos nazis pensaban en ese momento que estaban haciendo un bien a la humanidad. Incluso aunque solamente una persona en todo el mundo hubiera pensado que aquello era perverso, no por ello habría dejado de serlo, aunque todo el mundo pensara que era algo bueno.

Y es curioso que, incluso la mayoría de los ateos en este mundo, crean que haya cosas buenas o malas independientemente de los valores morales de los que llevan a cabo tales acciones. La violación de una niña es algo terrible, aunque la cultura en la que se lleve a cabo lo permitiera, eso no hace que deje de ser terrible. Esto significa que hay un bien y un mal absolutos, que van más allá de opiniones o de cosmovisiones. El violar a una niña de 6 años es algo objetiva y absolutamente perverso, más allá de la opinión del violador al respecto.

Si Dios existe, tenemos un sólido fundamento para los valores y deberes morales objetivos.

En el punto de vista teísta, los valores morales vienen de Dios. Como dijo San Anselmo, Dios es, por definición, el mayor ser concebible y por lo tanto el bien supremo. De hecho, Él no solamente es perfectamente bueno, sino que es la fuente y el paradigma de todo valor moral. La santidad y el amor intrínsecos de Dios dan el estándar con el que se pueden medir todas las acciones de las personas. Él es por naturaleza amoroso, generoso, fiel y amable. Así que si Dios existe, los valores morales objetivos existen, y lo hacen independientemente de los seres humanos.

Desde el punto de vista teísta, los deberes morales objetivos están constituidos por los mandamientos de Dios. La naturaleza moral de Dios se expresa en relación a nosotros en forma de mandamientos divinos que constituyen nuestros deberes u obligaciones morales. Así pues, lejos de ser arbitriarios, los mandamientos de Dios deben ser consistentes con su naturaleza santa y amorosa. Esto significa que nuestros deberes, están basados en los mandamientos de Dios y éstos reflejan su carácter esencial. En la tradición judeo-cristiana, todos los deberes morales se pueden resumir en los dos grandes mandamientos: El primero, amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas, y el segundo, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Sobre esta base podemos afirmar la justicia objetiva del amor, la generosidad, el auto-sacrificio y la igualdad, y condena como objetivamente malo el egoísmo, el odio, el abuso, la discriminación y la opresión.

Resumiendo, el teísmo ofrece los recursos para un sólido fundamento para la moralidad: da base tanto a los valores morales como a las obligaciones morales objetivas; y como yo pienso, que es evidente que Dios existe, tenemos una base sólida para los valores y deberes morales objetivos.

Si Dios no existe, no tenemos un sólido fundamento para los valores y deberes morales objetivos.

Si Dios no existe, ¿qué base queda para la existencia de los valores morales objetivos? Particularmente, ¿por qué pensamos que los seres humanos tendrían valor moral objetivo? Desde el punto de vista ateo, los seres humanos somos sencillamente bioproductos accidentales que han evolucionado hace relativamente poco tiempo en una mota de polvo llamada planeta Tierra, y que están condenados a perecer de una manera individual y colectiva en relativamente poco tiempo. Desde el punto de vista ateo, es complicado ver alguna razón para pensar que el bienestar de un humano es objetivamente bueno, al menos no más que el bienestar de un insecto o el bienestar de una hiena.

Desde el punto de vista naturalista, los valores morales solamente son consecuencia de la evolución biológica y el condicionamiento social. Así como un grupo de babuínos exhiben cooperación e incluso auto-sacrificio porque la selección natural ha determinado que este comportamiento es ventajoso en la lucha por la supervivencia, de la misma manera, sus primos homo sapiens, han evolucionado a una especie de moral de rebaño por las mismas razones. Como resultado de las presiones socio-biológicas en el homo sapiens, esto ha evolucionado en una especie de moralidad que funciona bien en la perpetuación de nuestra especie. Pero en el punto de vista ateo, no parece haber nada que haga que esta moralidad sea objetiva y real, sencillamente es algo que es útil para sobrevivir.

Así pues, según este punto de vista, nuestra moralidad es el producto de la evolución biológica. De la misma manera que tenemos pulgares oponibles y andamos erguidos, tenemos un comportamiento tribal que nos ayuda a sobrevivir.

Así que nosotros, como seres humanos, al pensar que somos especiales y que nuestra moralidad es cierta de una manera objetiva, estamos cayendo en “especie-ismo”, es decir, establecer la superioridad de nuestra especie sin justificación alguna.

Si no hay Dios, cualquier razón para pensar que la nuestra es una moral de rebaño que ha evolucionado con el homo sapiens en este planeta, para llegar a convertirse en verdad moral objetiva, parece haber desaparecido. Saca a Dios del cuadro, y verás que lo que queda es una criatura simiesca en una mota de polvo con serios delirios morales de grandeza.

La afirmación de Richard Dawkins (un eminente defensor del ateísmo) del valor del hombre puede ser deprimente. Dice: “al final no hay diseño, no hay propósito, no hay mal, no hay bien, nada salvo indiferencia sin sentido... Somos máquinas que propagan ADN... ¿Esta es la única razón para la existencia de todo ser viviente?”


No tiene sentido el pensar que pueden haber valores morales objetivos y reales, sin la existencia de un Dios que los haya puesto ahí. La evolución biológica no resuelve el problema, el ateísmo no tiene respuestas válidas. Así que, de una manera sorprendente, la acusación contra Dios se torna en una prueba más de Su existencia. Ya hablamos de que Su existencia es, no solamente posible a la vista de la existencia del mal partiendo de Sus atributos de poder, bondad y sabiduría, sino que la existencia del mal es una prueba más de que existe un Dios con estas características. Hoy la gran pregunta de que cómo puede un Dios bueno existir cuando existe el mal, se torna hacia la necesidad de que un Dios moral exista, puesto que ha puesto en nosotros la idea de bien y mal, sin que nos quede otra explicación que la de que Él es la base de lo que llamamos moralidad. 

Así que la pregunta que queda es, ¿cómo es posible que Dios no exista, puesto que sabemos que hay cosas que son objetivamente malas?

martes, 7 de octubre de 2014

Perder el tiempo, perder la vida

He estado 4 años a pleno tiempo en una institución educativa, SEFOVAN, poniendo todo mi esfuerzo y mi ilusión, y al final no he obtenido una acreditación del gobierno de que he hecho absolutamente nada. He perdido el tiempo.

miércoles, 23 de abril de 2014

Φιλοανοησία (Filoanoisía)

Es un interesante, curioso, y sin duda, enriquecedor ejercicio el plantearnos hasta dónde nos llevan nuestros planteamientos si intentamos vivirlos hasta las últimas consecuencias.

lunes, 21 de abril de 2014

I see love

THIRD DAY, STEVEN CURTIS CHAPMAN & MERCYME
I SEE LOVE

Algunos ven a un maestro
En pie sobre una colina
Hablando con sabiduría.
Algunos ven a un sanador
Extendiendo su mano
Para dar vista a un ciego.
Algunos ven a un soñador
Gastando su vida
En lo que nunca podrá ser.
Algunos ven a un tonto
Muriendo por sus sueños.

Pero yo veo amor,
Veo amor
Luz de los cielos atravesando.
Veo gracia,
Veo el rostro de Dios.
Brillando con amor puro y perfecto.
Cuando te veo,
Veo amor.
Algunos ven a un prisionero,
Solo ante su juicio,
Sin nadie que lo defienda.
Algunos ven a una víctima,
Mordida y abusada,
Con todo el mundo en su contra.
Algunos ven a un mártir,
Cargando con su cruz
Por lo que cree.
Algunos ven a un héroe
Que libera a su pueblo.

Pero yo veo amor,

Veo amor
Luz de los cielos atravesando.
Veo gracia,
Veo el rostro de Dios.
Brillando con amor puro y perfecto.
Cuando te veo.

Con tu último aliento, veo amor.
En tu muerte, veo amor.
Veo paz en los ojos del Rey.

Veo esperanza en Tu sufrimiento.
Veo la calma en medio de la tormenta
Veo al Salvador.


Algunos le ven saliendo de una tumba vacía.

martes, 8 de abril de 2014

Sola Gratia

Sola Gratia, solamente por la gracia. Eso es lo que dice el siguiente estandarte que levantaron los reformadores hace ya casi cinco siglos, y lo hicieron porque era absolutamente necesario hacerlo para declarar cómo era el Evangelio de Cristo, en qué consisten las Buenas Noticias que Dios nos había dejado en la Biblia.

En la primera entrega de las Cinco Solas, nos detuvimos en la Sola Scriptura, y estuvimos viendo cual debe ser la base sobre la que se edifique toda creencia y doctrina, de qué se trata el Fundamento Apostólico sobre el que debemos cimentar todo lo demás, y vimos que la Biblia no nos deja otra opción que tomar todo aquello que está en contra de lo que enseña en sus mismas páginas como falsedad, y aquí están incluidas muchas de las creencias, prácticas y enseñanzas supuestamente cristianas. En la segunda, estuvimos viendo el cómo se recibía la salvación según la Biblia, y esto es por la Sola Fide, solamente por la fe, sin tener que hacer nada más para recibirla, solamente extender la mano y recibirlo. Hoy vamos a ver el por qué, cuál es la razón que Dios nos regalase una salvación tan grande.

Sola Gratia establece que la salvación del hombre es un “favor inmerecido”, es decir, que ni tú ni yo tenemos nada en nosotros mismos que haga que Dios nos regale esta salvación. Ya vimos que no hay nada que podamos hacer para obtenerla, que no hay nada con que podamos pagar lo que Dios nos regala, solo se puede aceptar por fe. Pero tampoco hay nada en nosotros que merezca, ni de una manera muy remota, lo que Dios hizo por nosotros al entregarse a sí mismo, no hay una bondad escondida, un futuro de servicio ciego, las buenas obras que sean, nada que nos haga, ni en el presente ni en el futuro, merecedores de esta salvación (Isaías 64:6).

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es un regalo de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8,9).

Entonces, ¿por qué? ¿Qué hizo que un Dios que no nos necesitaba para nada se hiciera hombre para pagar la cuenta que le debían a Él mismo sus mayores enemigos?

Pero Dios demuestra Su mismo amor hacia nosotros en que, siendo nosotros aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5:8).

La razón es el amor. No hay ni habrá nada en nosotros que nos haga merecedores, no hay necesidades por satisfacer en el Creador de todo, ningún sentimiento de soledad o carencia afectiva. La razón es el amor. Gracia pura, inmerecida, derramada sin medida, derrochada por aquellos que ni la merecíamos, ni la apreciamos, ni siquiera la queríamos. Amor incondicional, inmerecido y eterno, esa es la Sola Gratia.

Algunos piensan que hay una parte de la salvación que es por gracia, que Dios hizo que la humanidad pudiera llegar al punto en que puede ganarse su propia salvación mediante una serie de buenas obras, sacramentos, ritos o lo que sea, pero la Biblia afirma que esto no es posible, porque si es por gracia, ya no es por obras (ritos, sacramentos o lo que sea), de otra manera, la gracia ya no es gracia (Romanos 11:6). Es decir, si es un regalo, no tienes que pagarlo, porque si lo pagas, ya no es un regalo.

Así que no hay nada que podamos hacer, y esto es por la razón de que nadie se gloríe, nadie piense que se lo merece, que nadie se crea mejor que nadie, más justo, santo o superior a nadie, porque todo ha sido un regalo de Dios para todos.

La salvación por la gracia, por la Sola Gratia, es algo tan tremendo, tan espectacular, tan bello y tan amoroso que apenas podemos llegar a entender, que no podemos abarcar, que no podemos comprender; pero sí podemos aceptar. Podemos aceptar que, aunque no hay nada en nosotros que nos haga merecedores, Dios ha pagado, la cuenta está saldada, y si lo aceptamos, el regalo será nuestro para siempre.


Hace poco más de 200 años, un traficante de esclavos cruel llamado John Newton, descubrió esta gracia, viendo que no tenía absolutamente nada para merecerla, y al recibirla, cambió su vida para siempre. Cuando se dio cuenta de esta grandeza, de este regalo tan tremendo de parte de Dios, compuso un himno memorable que quedó para la posteridad llamado Amazing Grace (Sublime Gracia). Aquí os dejo una versión un poco más renovada de Chris Tomlin, para que disfrutéis conmigo de la grandeza del amor grandioso de Dios por vosotros, para que disfrutemos de la Sola Gratia.

AMAZING GRACE- CHRIS TOMLIN
 

lunes, 7 de abril de 2014

Evolucionismo Bíblico

El relato bíblico de la Creación es uno de los temas más polémicos en la iglesia hoy en día. La Evolución Darwiniana ha dado al mundo secular la excusa para ignorar el Génesis, y dentro de la iglesia ha intentado hacer que la Biblia comulgue con esta “Teoría científica”, y así ha nacido el llamado “Creacionismo de la Tierra antigua”, que no ha hecho más que añadir aun más confusión al asunto. Ellos afirman que el relato del Génesis no es un recuento histórico de lo que sucedió, sino una poesía figurativa que hoy en día debemos interpretarla a la luz de la Evolución Darwiniana. Los días bíblicos serían edades, millones de años, y Dios sería el gran creador evolutivo. Aun así, hay varios puntos significativos que no tienen ningún sentido, si no se lee de forma literal el relato de Génesis 1-11.

El primer punto es tan sencillo como que hay que leerlo literalmente. Los eruditos en lingüística hebrea están de acuerdo en que el relato de la Creación no fue escrito en forma de poesía metafórica, que tiene su propio estilo gramatical, sino como narrativa histórica. Otra consideración es que, aunque la palabra hebrea para día (
יום) pueda ser utilizada en algunos contextos para expresar un periodo de tiempo que no tiene por qué ser un día de 24 horas (Gn. 2:4), en este pasaje específicamente, podemos ver que la intención del autor era expresar la medida de tiempo de un día natural. Esto lo podemos ver en que van numerados (podemos ver cómo dice “día primero”, “día segundo”, “día tercero”, etc. por todo el primer capítulo de Génesis) y también podemos verlo por la frase “y fue la tarde, y fue la mañana” (vss. 5, 8, 13, 19, 23), cuando esto ocurre, no cabe ninguna duda que se está refiriendo aun día natural, el tiempo que tarda la Tierra en rotar sobre su propio eje.

Si esto es así, si Génesis 1-11 fue escrito literalmente pero es incorrecto, entonces deberíamos comenzar a dudar de todo el mensaje de la Biblia.
Si Moisés estaba confundido en el principio fundamental, sobre el que se cimentó toda la Escritura, entonces todos sus libros son igualmente sospechosos; más aún, Jesús aseguró que estaba usando a Moisés como la autoridad que guiaba a Su identidad (Jn. 5:46-47). Él dijo que quien creyera en Moisés debería saber quién era Jesús. Si los escritos de Moisés estuvieran equivocados, ¿para qué le usaría Jesús como Su testigo? Si Moisés estaba equivocado, entonces Jesús también debería estar equivocado, así que los cristianos somos “los más dignos de lástima de todos los hombres” (1 Cor. 15:19).

El relato del Génesis de la Creación es crucial para la teología cristiana de una manera absolutamente fundamental. Génesis 1-3 nos muestra que,
en el momento de la creación de Adán y Eva, no había pecado. No había entrado la muerte en el mundo. Pero si el mundo ha existido millones de años antes de que Adán entrase en escena, la muerte debía haber sido inevitable (para los animales, y para los supuestos ancestros de la humanidad). Pero si la muerte (y el pecado) es una parte natural del desarrollo evolutivo, ¿cómo podría Dios haber dicho que “todo era bueno” (Gn. 1:31)? Y si Adán y Eva fueron los primeros en pecar, ¿cómo habría podido ser el pecado la causa de la muerte, como establece Romanos 5:12? Adán debería haber pecado antes de que el mundo experimentase la muerte.

Si no lo hizo, si la muerte era una parte natural y normal de la Creación, y no una consecuencia del pecado, no tenemos ninguna necesidad del sacrificio de Cristo. Si la muerte no está relacionada con el pecado, la muerte no es una paga suficiente para el pecado (y la resurrección no es una certificación de que el pago es aceptable y ha sido completado)
.

Sin los “seis días” literales del relato de la Creación, Dios creó un mundo “muy bueno” que degeneró a la violencia y a la vanidad de forma natural, no como una maldición por el pecado. La misma muerte no es, entonces, una maldición o una desviación del mundo y el plan que Dios creó “muy bueno”. Sin los “seis días” literales del relato de la Creación, Dios incluyó muerte, violencia y enfermedad en Su mundo. Y si la muerte es un aspecto natural y “muy bueno” de la Creación, no necesitamos a Cristo para que nos salve de ella.

Los argumentos anteriores están dirigidos directamente a varios tipos de
creacionistas de Tierra antigua. Aquellos que creen que los hombres llegaron a existir estrictamente a través de una evolución que no tuvo asistencia divina, pintan un panorama aún más oscuro, si cabe. Sin un Creador que nos de valor, solo tenemos el valor de lo que conseguimos. Sin un Espíritu que nos “insufle aliento de vida” (Gn. 2:7), no tenemos alma. Amor, bondad, odio y pasión no tienen ningún sentido. La vida no tiene sentido. Los individuos no tienen sentido. Tú no tienes sentido. Nada tiene sentido.


Afortunadamente, la Biblia nos dice otra cosa. La Biblia nos dice que Dios, el Creador, hizo el mundo y dijo que era “muy bueno”. Dice que el primer hombre y la primera mujer pecaron y llevaron la muerte y el sufrimiento al mundo. Y porque el pecado de un hombre trajo la muerte al mundo, la muerte y la resurrección de otro hombre, uno sin pecado, Cristo, conquistó el pecado y la muerte para todos nosotros (Rom. 5:12-15).

Traducido y adaptado de http://www.compellingtruth.org/biblical-creationism.html por Miguel Ángel Pozo.

miércoles, 2 de abril de 2014

Sola Fide

Hace unos años, escribía una entrada en la que planteaba que solamente había dos clases de religiones, en la que el hombre tiene que hacer algo por acercarse a Dios y, por así decirlo, tiene que cumplir con una serie de preceptos y ritos para impresionar lo suficiente a la deidad como para que le haga digno de ser salvado, y en la que el hombre no puede hacer nada, no tiene manera de impresionar a Dios, ni de pagar la tremenda deuda que tiene pendiente con su Creador, y tiene que depender de lo que haga Dios.

Ahí es exactamente donde nos posiciona la Sola Fide, eso es lo que hace del cristianismo bíblico, es decir, aquel que sigue anclado en la Sola Scriptura, diferente a todo el resto de las religiones, a todo lo demás. Eso es lo que hace de la Biblia los únicos escritos sagrados que presentan como ciertos la segunda religión de la que hablábamos.

Sola Fide es una frase latina que significa Solo por la Fe. Y esto es algo completamente revolucionario, algo que no tiene que ver con ninguna religión que haya surgido antes o después, y algo que va, de manera absoluta, en contra de la naturaleza humana. Porque lo que dice es que nuestra salvación es obtenida con el único requisito de nuestra fe, nada más es necesario.

Cuando hablaba acerca de las dos religiones, decía que “así se podrían resumir todas y cada una de las religiones que hay en el mundo. En esencia son todas la misma. Hay algunos cambios en cuanto a algunas cuestiones, como por ejemplo, unas se basan en unos escritos y otras en otros, algunos toman como base la Biblia, otros el Corán, el Talmud, el Libro del Mormón, el Rig Veda o el Tipitaka son algunos de ellos. Otros ni siquiera se basan en ningún libro. Unos creen que llegarán a trascender, a convertirse en dioses, otros afirman que todos somos dios, o que dios está en todas partes, o que todo es dios, otros dicen que no hay dios, y solo hay una fuerza que mantiene todo. Todo esto son detalles, detalles más o menos importantes, pero la base de esta religión universal es la misma, que debemos hacer algo para obtener algo. Ahí está la clave de todo. En llegar a ser lo suficientemente buenos, o santos, o a saber suficiente, o a ser lo suficientemente “algo”. Si lo logramos, tendremos algo mejor, ya sea Nirvana, ir al cielo, convertirnos en dioses en otros planetas, o ser uno con la Madre Tierra. Los artificios y los detalles no cambian la base de la religión, el hacer algo para obtener algo.”

El ser humano necesita tener la impresión de que controla su propio destino, que es el único escritor del libro de su vida y que no depende de nadie. Es por eso que hemos creado todas estas religiones, para sentirnos seguros, para sentir que nos estamos mereciendo algo mejor. El problema es que, como muchas veces he dicho, y la Biblia se empeña en recordarnos una y otra vez, Dios no puede ser engañado, Dios no va a ser comprado por nuestras buenas obras, el Juez Justo no va a hacer otra cosa que Justicia, y tú y yo saldremos mal parados, más específicamente, saldremos parados al infierno eterno.



Esto no es una invención mía, ni siquiera de los reformadores del s. XVI que vindicaron esta afirmación. Esta es una verdad profundamente arraigada en la Biblia, basta con leer los tres primeros capítulos de Romanos, el salmo 14 o el 51. El ser humano no tiene ninguna esperanza por sí mismo, y no hay nada que podamos hacer para lograr ganar nuestra salvación. Para que nos entendamos, nunca podremos ganarnos el cielo.

Pero el hecho de estar tan claro en la Biblia no es algo que sirva para que la Iglesia Romana se haya dado por aludida, y es por esto que protestaron con esta consigna los reformadores. Ellos dicen que hay una serie de sacramentos, de normas o rituales que, de ser realizados de la manera correcta, puede hacerte ganar puntos para ir al cielo, doctrina completamente opuesta a lo que nos enseñan las Escrituras.

Dios es justo, no puede permitir la maldad en absoluto, y nunca perdonará a nadie porque sí o porque le soborne con esta o la otra buena obra. Así que lo que pide del hombre nunca puede ser el que haga nada para ganarse la salvación. Pero, como ya he explicado muchas veces, Él mismo pagó la pena de nuestra maldad, el sacrificio perfecto, el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, Cristo pagó lo que nosotros merecíamos. ¿Qué tenemos que hacer nosotros para apropiarnos de este regalo tan valioso? Nada, solamente creerlo (Hechos 16:31, Romanos 4:4-5, Romanos 5:8 Gálatas 2:16)

Fe, sola fe y nada más que la fe. Eso es lo que pide Dios de ti, nada más, nada menos. ¿Por qué? Porque Él ya lo ha hecho todo, porque la deuda está saldada, porque tratar de hacer más para tratar de ganar el cielo es decir que el sacrificio de Cristo no fue suficiente, y rechazarlo significa afirmar que puedes burlarte de Dios.


La salvación no es un premio, no es un pago. La salvación es un regalo. Para recibir un regalo, no tienes que hacer nada más que aceptarlo, solamente extender la mano y recibirlo. Así es la salvación que Dios ofrece, así es la salvación que enseña la Biblia. 

Sola Fide significa que hoy mismo, ahora mismo, puedes cambiar tu estado para siempre. Puedes pasar de ser enemigo de Dios a ser hijo de Dios por los méritos de Cristo, por el sacrificio de Jesús, el Mesías prometido, el Hombre perfecto, Dios hecho carne, a tu favor. Sola Fide, solo por la fe. Confía en Dios hoy, créele ahora, con tus problemas y tus dificultades, y dentro de mil años seguirás disfrutando de este regalo. 

domingo, 30 de marzo de 2014

Sola Scriptura

Por tanto, a menos que yo sea persuadido o convencido por el testimonio de la Escritura, o por el más claro razonamiento, - a menos que sea persuadido por medio de los pasajes que he citado, - y a menos que mi conciencia sea sometida de esta manera por la Palabra de Dios, no puedo retractarme y no lo haré, porque es peligroso para un cristiano el hablar en contra de su conciencia. ¡Me mantengo firme, no puedo hacer otra cosa; que Dios me ayude! ¡Amén!

Estas fueron las palabras con que terminó su comparecencia Martín Lutero en la Dieta de Worms, a la que había sido convocado ante los príncipes alemanes y el emperador Carlos V, para que se retractara de sus famosas tesis, con las que había puesto en relieve los excesos de la Iglesia Católica Romana, y es en estas palabras en que vemos con toda claridad la primera de las consignas protestantes, las llamadas cinco solas.

Sola Scriptura fue el grito de guerra de la Reforma Protestante. Esta es la primera de las protestas protestantes, valga la redundancia, y lo primero que tenía que cambiar la Iglesia del Papa para llegar a ser la Iglesia de Cristo, que era la intención de los reformadores, no la de constituir un cisma que dividiera la Iglesia, más bien era hacer volver a la Iglesia a la doctrina de la Palabra de Dios, la doctrina de los apóstoles. Paradójicamente, la intención era la de hacer volver a la Iglesia que se decía apostólica a lo que los apóstoles mismos dijeron, de lo cual se habían desviado.

Sola Scriptura es una expresión latina que significa “solamente por los Escritos”, “con la única base de la Escritura”, es decir, solamente basándose en la Biblia. Significa que la Biblia es la única que tiene la autoridad última, y todos los ritos, dogmas, creencias y tradiciones de la iglesia, deben estar supeditadas siempre a la Biblia, porque se la considera completa, autoritativa y verdadera, y tiene la última palabra en materia de fe y práctica para el cristiano. La Biblia, en 2 Timoteo 3:16, dice: “Toda la Escritura es ‘inspirada por Dios’ (dada por la inspiración de Dios) y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia....”.

Desde entonces, y a través de los siglos, la Iglesia Romana ha negado la validez de la Sola Scriptura, y su principal argumento para negarla es que no se encuentra explicitamente declarada en la Biblia, lo cual es completamente cierto, en ningún lugar en las Escrituras se dice que no debe haber más autoridad que la Biblia, pero lo que debemos ver es lo que sí podemos encontrar ahí. La Biblia se reconoce a sí misma como inspirada por Dios, que no falla y con autoridad total, también podemos ver que Dios no cambia de opinión ni se contradice a sí mismo. Así que, mientras está claro que la Biblia en ningún momento menciona la Sola Scriptura, el hecho es que no permite que existan tradiciones que, mientras que se dicen “cristianas”, contradigan su mensaje. Por lo que podemos concluir que no es la Biblia la que condena las tradiciones en sí misma, sino que son éstas, las tradiciones, los dogmas, las decisiones conciliares, bulas y demás invenciones humanas anti bíblicas, las que se condenan a sí mismas al ir en contra de lo que Dios ha dicho en Su Palabra, sabiendo que Él nunca va a contradecirse. Dios mismo se ha ocupado de que tengamos un libro donde podamos ver qué es lo que Él espera de nosotros. Si un hombre, por representante de Dios que se diga, viene y nos presenta algo que contradiga lo que Dios mismo ha declarado para que lo creamos como Palabra de Dios, la única respuesta auténticamente piadosa sería la que dio Lutero, con la que abro esta entrada, porque como dijo Pedro, junto al resto de los apóstoles: ¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! (Hechos 5:29), y como dijo el apóstol Pablo: Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema (Gálatas 1:8), opinión esta, la de San Pablo (inspirado por el Espíritu Santo), que deja en muy mal lugar a los que se atreven a seguir a Roma en detrimento de la Biblia.

Aún así, la Sola Scriptura no nos dice que no podamos tener una tradición eclesiástica, o que no podamos tener una serie de ritos o de prácticas, incluso aunque estos ritos no aparezcan explicitados en la Biblia, eso es perfectamente posible, pero siempre debemos tomar la Biblia como la base y como la máxima autoridad para poder edificar sobre el cimiento que nos dejaron aquellos que vivieron con Cristo durante todo Su ministerio, para que podamos edificar sobre aquellos a quienes Dios mismo escogió, capacitó e inspiró para guiarlos a toda verdad (Juan 16:13). Es sobre esa verdad, la Biblia, sobre la que debemos basar, no solamente las normas y criterios de la iglesia, sino sobre la que debemos basar nuestras vidas, para hacer como le fue ordenado a Josué: Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. (Josué 1:8).

Las tradiciones no son el problema, el problema son aquellas tradiciones que van en contra de la Biblia, más aún cuando es en base a esas tradiciones que se rige la iglesia que se dice venir de aquel que dio la Biblia. No es lógico que la Iglesia haya mantenido la misma Biblia como libro prohibido durante siglos, condenando a millones de fieles a la mentira y a la manipulación, cuando los apóstoles a los que dicen suceder elogiaron la actitud de los habitantes de Berea, que buscaban en la Biblia para ver si lo que San Pablo decía era cierto o no (Hechos 17:11). No es lógico que una lista como esta exista, más aún viendo cómo dicen representar a Dios en este mundo.

Sola Scriptura es la primera de las cinco solas, las consignas de la Reforma Protestante, y hoy más que nunca, a tan poco tiempo de cumplirse el quinto centenario de aquel acontecimiento histórico, debemos recordar contra lo que lucharon aquellos hombres, por qué lo hicieron, y por qué estamos tan cerca de lo que llevó a hacerlo necesario, ahora entre las filas de los que salieron del lado de la Sola Scriptura en aquel momento. Es necesario recordarlo no sea que, llevando 5 siglos buscando pajas en ojos ajenos, dejemos de ver, hipócritamente, las vigas que crecen tan peligrosamente en los nuestros.

sábado, 22 de marzo de 2014

El comienzo de todo lo que tuvo un comienzo

El mundo de la ciencia vive días de sorpresa e ilusión tras la detección de ondas gravitacionales, que confirmarían la teoría inflacionaria del Big Bang.

Las observaciones realizadas para medir la radiación de fondo -una señal que, según los científicos, procede del mismísimo origen del tiempo- muestran que el universo habría surgido hace 13.800 millones de años tras una gran explosión que vino precedida de una “inflación” acelerada.

Antonio Cruz es biólogo y ha escrito varios libros sobre ciencia y fe. Este experto concedió una entrevista a Protestante Digital, explicando la importancia del descubrimiento y sus implicaciones. “Si eso no hubiera ocurrido esta inflación- dice Cruz- no hubiera sido posible el Big Bang, que es una expansión de la energía y la materia”.El mundo de la ciencia vive días de sorpresa e ilusión tras la detección de ondas gravitacionales, que confirmarían la teoría inflacionaria del Big Bang.


Las observaciones realizadas para medir la radiación de fondo -una señal que, según los científicos, procede del mismísimo origen del tiempo- muestran que el universo habría surgido hace 13.800 millones de años tras una gran explosión que vino precedida de una “inflación” acelerada.

Antonio Cruz es biólogo y ha escrito varios libros sobre ciencia y fe. Este experto concedió una entrevista a Protestante Digital, explicando la importancia del descubrimiento y sus implicaciones. “Si eso no hubiera ocurrido esta inflación- dice Cruz- no hubiera sido posible el Big Bang, que es una expansión de la energía y la materia”.


“En ese brevísimo tiempo de la inflación -explica Antonio Cruz- ocurrirían cosas muy raras para la física. Por ejemplo, la gravedad en ese instante funcionaba al revés. En lugar de ser atracción, era una repulsión que inflaba el espacio y el tiempo (...) Estas pequeñísimas variaciones cuánticas en el espacio-tiempo que se propagan por el universo son los ecos del primer temblor que dio origen al Big Bang”.

Se trata de un hallazgo “importante, porque ratifica la conexión entre lo minúsculo y lo enorme. Abrirá un nuevo capítulo en la física, en la astrofísica, y en la cosmología”.

Lo que la ciencia está revelando en los últimos tiempos en el campo de la cosmología y la astrofísica parece indicar a un origen en el que “todo salió de la nada”, apunta Cruz. En ese sentido, el relato de la Biblia, que presenta a un Creador activo en el origen del universo y de la vida, aparece como una coincidencia sorprendente.

“Génesis no puede dar información científica, porque no es un libro de ciencia, pero que no ofrezca información científica no quiere decir que su información no sea veraz”, dice Cruz. “Este relato bíblico de la creación, a pesar de situarse a ras de suelo, desde un punto de vista muy humilde, no contradice en absoluto los descubrimientos que la ciencia ha hecho en nuestro tiempo”, añade.

En cuanto a las teorías del origen, Cruz apunta que la Biblia muestra que “hubo un principio del universo”, algo que durante muchísimos años la ciencia negó. “Hasta principios del siglo XX se mantenía como cierto que el universo era eterno. Tras la teoría del Big Bang -que reconoce un origen- se han desarrollado otras teorías que intentan matizarlo. Por ejemplo, la de una expansión y contracción eterna. Otra es la del multiverso”. Estas teorías que algunos proponen, apunta Cruz, siguen sin resolver la necesidad de un creador.

“Hoy tanto la ciencia como el Génesis señalan a un origen a partir de la nada, y aún el relato de Génesis 1, entendido adecuadamente, se puede ver como piezas que van encajando”.

A pesar de que la ciencia avanza en su sabiduría y conocimiento en cuanto a los orígenes, hay muchas cuestiones que continúan “envueltas en el misterio”, dice Cruz. “¿Qué había antes? ¿Cómo de la nada surgió todo en un instante? ¿Por qué existen leyes físicas?”. Son preguntas que llevan a reflexionar sobre la posibilidad de una mente inteligente detrás de la existencia.

Ante la propuesta de un ateísmo que niega esta posibilidad, Cruz considera que el debate sobre Dios está más de moda que nunca en el ámbito intelectual contemporáneo. “La ciencia contemporánea hace cada vez más difícil ser un ateo intelectualmente satisfecho” porque “todos los descubrimientos apuntan a una mente inteligente que fue la causa de todo”.

Sin embargo, en España no se produce ese debate intelectual. “Hay un muro de indiferencia que nos aísla del pensamiento filosófico contemporáneo deísta. No se traducen obras, o si se traen, es en editoriales minoritarias”, explica Cruz, lo que “priva al lector culto de reflexionar. Los jóvenes universitarios piensan que el debate sobre Dios está superado, y se piensa que es irracional ante la claridad del ateísmo. No nos queremos enterar de que el tema de Dios está en boga en el campo intelectual”.

“La ciencia -expresa finalmente Cruz- converge hacia la idea de una sabiduría detrás de todo. Lo que me preocupa es que esa mente que llamamos Dios, ¿ha querido revelarse? ¿Y cómo lo ha hecho? Si Dios nos ha creado tan inteligentemente, creo que es sabio acercarse a descubrir cuál es su propósito para nosotros”.  

Editado por: Protestante Digital 2014

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