martes, 20 de julio de 2010

Un nuevo fuero


El pasado jueves 15 tuve la gran oportunidad de servir como traductor y coordinador de actividades con un grupo de jóvenes israelíes y un grupo de jóvenes bejaranos que estaban teniendo un día de intercambio cultural.
El grupo de chicos israelíes, con 21 miembros, pertenece a una asociación llamada “The Israel Youth Award”, algo así como una asociación juvenil a nivel nacional, tenían entre 13 y 17 años y había miembros de las 3 religiones monoteístas.
El grupo de españoles, con 24 miembros, pertenece a la Asociación Juvenil Bejaragüi, y contaban con la misma edad.
Me pareció algo magnífico el poder conocernos, el poder comunicarnos, a pesar del lastre del lenguaje, y poder ver que, a pesar que, obviamente somos diferentes, podemos entendernos, y sabemos que lo que nos une es mucho más importante que lo que nos separa, y ver que existiendo diferencias y sabiéndolas apreciar, seremos capaces de aprender a apreciar lo nuestro y lo ajeno.

La mayoría de los bejaragüis no sabían hablar inglés, mucho menos hebreo, pero pasaron el día juntos, hicieron nuevas amistades, y supieron comunicarse en medio de la caótica “Babel”. (Que, por cierto, significa en hebreo “puerta de Dios”).

En las visitas que hicimos con este grupo, no podía faltar el museo judío David Melul, donde pudimos ver el fuero de Béjar, que data del año 1211 y tiene una particularidad muy especial. En este fuero se concedieron los mismos derechos y los mismos deberes a judíos, musulmanes y cristianos. Esto me pareció algo maravilloso. Ahí estábamos, un grupo de jóvenes judíos, musulmanes y cristianos (tanto protestantes como católicos) en un lugar donde convivieron nuestros antepasados con igualdad de oportunidades. Seguramente esta convivencia no fue tan idílica como se nos vende y, de hecho, hubo varias revueltas religiosas que se convirtieron en auténticas batallas campales. Pero el hecho que pudieran partir con las mismas “reglas de juego” era algo bello. Y allí estábamos sus hijos, recordándolos y haciéndonos amigos en la igualdad más absoluta.

El viernes 16, como ya sabéis, fue la inauguración de los actos conmemorativos del 15º aniversario del Consejo de la Juventud de Béjar, y también hubo algo que me hizo recapacitar y ver que no hemos perdido del todo ese espíritu que hizo el fuero de 1211. Emma Kunst, trabajadora del CEAS de Béjar y que de tantos y tantos embrollos nos ha sacado, llevó una carpeta donde, entre otros muchos documentos de estos 15 años, estaba el acta fundacional original del Consejo. Entre las asociaciones que formaron esta federación estaban algunas tan dispares como las Nuevas Generaciones del PP, Juventudes Comunistas, Tomillar de los Okupas o las Montañeras de Santa María. Todas ellas en igualdad, en entendimiento y trabajando juntas para crear algo nuevo y positivo por la juventud de Béjar. Y allí estaban, en ese papel, con las firmas de los representantes de todas y cada una de las asociaciones que comenzaban este camino de ya 15 años.

Y todo esto me hacía pensar. Me hacía pensar en que sí que somos capaces de entendernos y de luchar juntos por nuestra ciudad. Me hacía creer que si nosotros y nuestros representantes consiguiéramos renovar nuestro fuero, poder volver a firmar los comunistas con los populares, los protestantes con los católicos, los jóvenes con los mayores...

Puede parecer una utopía. Puede que la gente del PP o del PSOE que estén leyendo esto piensen que son quimeras de un joven soñador y sin ningún pie en el suelo firme. Pero el caso es que un grupo de jóvenes hace 15 años lo hizo, el caso es que este sueño que comenzaron sigue ahí, más fuerte que nunca. El caso es que los más pequeños podemos hacerlo.

Quizá es tiempo de dejar los viejos rencores y los sentimientos encostrados para empezar algo nuevo. Quizá es tiempo para volvernos más como aquellos adolescentes bejaranos e israelíes que, a pesar de no entenderse por el idioma o por la religión, sí que lo hicieron con el corazón.

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