martes, 17 de abril de 2012

H6


¿Alguna vez soñasteis con escuchar una canción compuesta hace nada más y nada menos que tres milenios y medio?

Pues eso es exactamente lo que hoy os traigo. Hasta ahora, la única manera en que podíamos escuchar una canción proveniente del mundo antiguo consistía en seguir el ejemplo de Homer y Lisa y entrar de noche a un museo esperando que alguna antigua reliquia sea una caja de música que, mágicamente, se activase. Pero lo que hoy os enseño no tiene nada que ver con la imaginación de Matt Groening, sino más bien con algún compositor que hace ya varios miles de años fue enterrado y con una civilización que, durante más de tres milenios, estuvo enterrada en el olvido de la humanidad y recientemente se ha descubierto para traernos una impresionante luz acerca del Medio Oriente de su época.

Ugarit fue una ciudad situada en la actual Siria, al norte del Líbano, haciendo costa con el Mediterráneo. El testimonio escrito más antiguo que tenemos se remonta al 1800 a.C. y se encuentra en la cercana ciudad de Ebla. Sabemos que por aquel entonces pertenecían administrativamente a la gran potencia del momento, Egipto, bajo cuyo dominio continuó hasta el 1400 a.C., fecha de la que data esta melodía que ha sido rescatada de las fauces del tiempo y el olvido. El final de esta civilización constituye un misterio. (1)

Pero Ugarit no ha muerto del todo, pues desde 1928, se han descubierto un total de 5 bibliotecas completas de tablillas de barro con textos de todos los tipos posibles escritos en ugarítico (idioma semítico occidental muy cercano al hebreo bíblico, con escritura cuneiforme alfabética), aunque también había textos en acadio, en sumerio, hurrita, chipriota, luvita y egipcio, por estar en un sitio tan estratégico de cruce de caminos. Su contenido ha arrojado una inmensa cantidad de luz acerca de los pueblos cananeos y del Oriente Próximo de mediados del segundo milenio antes de Cristo, incluyendo relaciones políticas, batallas, religión o costumbras culturales de la época que hasta entonces nos eran desconocidas.

Sin ir más lejos, aunque aún pueden tener mucho que decirnos, pues el contenido de todas las tablillas de estas bibliotecas aún no ha sido completamente catalogado y traducido, al contar con escritos hebreos de la misma época como es la Toráh, y ser tan semejantes las dos lenguas, podemos encontrar significados de antiguas palabras perdidas en el tiempo al encontrar alguna semejante o incluso la misma en otros textos ugaríticos. Además, al ser dos pueblos tan cercanos en el espacio, podemos entender algunas costumbres o ceremonias mucho mejor a la luz de la otra cultura y los otros escritos que lo explican desde otra perspectiva. Sin ir más lejos, muchos de los cánticos del libro de los Salmos hebreos, los que tenemos en nuestra Biblia, podemos encontrarlos de formas sorprendentemente similares en algunos cánticos ceremoniales ugaríticos.

Pero lo que hoy nos ocupa, en una de esas bibliotecas, a comienzos de los años 50, se encontraron varias tablillas que contenían algo así como un himnario que data de la época en que los israelitas partieron de tierras de los egipcios bajo el mandato de Moisés. Entre muchas de estas tablillas ya demasiado desgastadas para ser interpretadas, se encontró la que se llamó “H6”, conservada sorprendentemente en perfectas condiciones. Esta tablilla era algo así como un “pentagrama” de la edad del bronce, en el que el escritor se había molestado en escribir la manera en que se tenía que tocar la lira para interpretar la canción. Así que, después de un trabajo de rescate de esta canción, los expertos en arqueología musical pudieron interpretar esta canción, dedicada a Nikkal, esposa del Dios Luna, que ya es la más antigua jamás conocida. El encargado de esta titánica tarea fue el profesor Richard Dumbrill, que escribió el libro "The Archeomusicology of the Ancient Near East" (La arqueolomusicología del Oriente Próximo)

Sin más, os dejo con esta canción. Puede parecernos extraña, pero imaginaos cómo le sonaría a Ramsés el nuevo éxito de David Guetta.

Un saludo. 


(1) José Hutter. Introducción a los Salmos. Apéndice VIII: Los descubrimientos de Ugarit.

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