El pasado 15 de noviembre, reduje la
extensa historia que condujo a la creación del dinero en una
historieta que nos contaba la manera en que el trueque llevó
necesariamente, por razones de logística y comodidad, al uso de un
comercio con bienes que, aunque no tuvieran un uso en sí mismos,
valían para intercambiarlos por otros bienes o servicios.
En el cuento narraba cómo una comunidad comenzó a usar pepitas de oro
como bien intercambiable, pero la historia nos cuenta cómo fueron
muchos otros objetos los que fueron usados de esta manera como
alimentos, conchas, otras piedras preciosas o incluso plumas, al terminar la Segunda Guerra Mundial, se llegó a usar como moneda
de cambio el chocolate. La única condición para estos bienes de
intercambio era que todos los que lo usaban lo apreciaran y lo
aceptaran como moneda de cambio valiosa. Tanto es así que incluso
hoy en día se usan como moneda de cambio en las prisiones
cigarrillos, y son usados de esta manera incluso por los no
fumadores, sabedores que pueden intercambiarlos por bienes y
servicios.
Con el tiempo, se comenzó a extender
el oro y la plata como dinero por todo el mundo mediterráneo por su
facilidad de conservación y movilidad. Pero esto tenía un
problema, y es que si se usaban piezas de oro, o bien eran demasiado
valiosas para la gente de a pie, o bien demasiado pequeñas para que
se pudieran usar de una manera normal, mucho más para no perderlas.
Entonces se comenzaron a usar mezcladas con otros materiales para que
su valor dependiera de la cantidad de oro o de plata que contenía.
Pero esto llevó a que, como suele
pasar, saliera a relucir la picaresca y se solían usar mezclas de
baja calidad para engañar a los incautos. Entonces los reinos y los
gobernantes tomaron cartas en el asunto, y comenzaron a acuñar
monedas oficiales que, mientras servían de método de publicidad de los gobernantes, daban su aval a la calidad de las
monedas, poniendo punto y final a los intentos de particulares de
lucrarse con monedas de baja calidad. Así, comenzaron a circular
monedas de metales preciosos en mayor o menor cantidad y con las
efigies de diferentes reyes, reinas o símbolos de imperios y
naciones, y así continuó siendo durante miles de años.
Pero la evolución, aunque tardó en
llegar, no paró en las monedas de metales preciosos. Los estados
comenzaron a emitir monedas que, en sí mismas carecían de valor,
pero se basaban en el oro o la plata que había en las reservas del estado o
banco en cuestión. De esta manera, se introdujo el billete, un papel
que básicamente era un cheque al portador, es decir, este papel
significaba que quien lo poseyera tenía el derecho de ir al banco o
a la entidad que lo emite para que les de la cantidad de oro
consecuente.
Durante los siglos XVIII y XIX se
usaron los patrones oro y plata, aunque en la Primera Guerra Mundial,
se impuso el patrón oro para todos los estados y sistemas
monetarios. Pero llegó la crisis del 29, en que la desconfianza en el sistema económico llevó a que millones de personas se presentaran en los bancos para reclamar el oro que valían los billetes que tenían. Esto, acompañado, o más bien generado, por una crisis bursátil, llevó a la bancarrota de los estados y de las familias. Para que no volviera a suceder, se prohibió que los particulares pudieran cambiar el papel-moneda en oro.
A través de la segunda mitad del siglo XX, todo cambió tan rápido y fuera de control que
se impuso una nueva evolución al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Este cambio se llamó Bretton Woods, y se basaba en que la moneda de
cambio seguiría siendo el oro, pero con un precio en dólares, es
decir, que todas
las divisas serían convertibles en dólares estadounidenses y sólo
el dólar estadounidense sería convertible en lingotes de oro a
razón de 35 dólares por onza para los gobiernos extranjeros.
2 comentarios:
Una vez más he de darte la enhorabuena por la síntesis de la historia en unas cuantas frases.
Como ya sabes me habría gustado hubieses profundizado más en la historia más actual desde un punto de vista más económico.
Gracias, un saludo.
Muchas gracias!
De todos modos, no impacientes, claro que hablaré de la economía actual, pero quería antes poner un poco en contexto la historia del dinero, el "cómo hemos llegado hasta aquí". Te animo a seguir la serie del dinero, y si me quieres ayudar mandandome información o algún escrito de tu confección, ya sabes que estoy abierto.
Un saludo!
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