lunes, 29 de octubre de 2012

¿Dios vs Sufrimiento?


"- Los cristianos creen en cinco cosas –dije-. Primero, Dios existe. Segundo, Dios es todo bondad. Tercero, Dios es todo poder. Cuarto, Dios es todo sabio. Y quinto, la maldad existe. Ahora, ¿cómo cada una de esas frases son ciertas al mismo tiempo?

- Al parecer no es posible -concedió-. (…) Hay un problema lógico aquí: uno puede ser inteligente, o sincero, o fundamentalista, o dos de cualquiera de los tres, pero no los tres. (…) De modo que si todas estas creencias son ciertas, y los cristianos creen que lo son, parecería que la consecuencia es que ningún mal puede existir.

- Pero la maldad sí existe -dije-. Por lo tanto, ¿no es lógico dar por sentado que tal Dios no existe?

- No, yo diría que una de esas creencias referentes a él deben ser falsas o no lo entendemos como es debido."

Todo poder, todo sabiduría y todo bondad. Aparentemente la presencia de un Dios con estos tres atributos es incompatible con la existencia del mal y del sufrimiento. A continuación explicaré la manera en que, no solamente es perfectamente compatible el mal con este Dios, sino que es una muestra más de la existencia de este Dios.

Primer atributo: Dios es todo poder.

Que Dios es todopoderoso significa que puede hacer todo lo significativo, todo lo que es posible lógicamente en absoluto, él no puede hacer que deje de existir él mismo o que lo malo sea bueno. Esto no significa que deja de ser todopoderoso por no poder hacer ciertas cosas, esto significa precisamente que al ser todopoderoso hay cosas que no puede hacer. No puede cometer errores, solo los débiles los cometen. Uno de esos errores podría ser crear contradicciones lógicas como crear una montaña tan grande que ni él pudiera moverla.

Ahora, la contradicción aparente en este problema del que estamos tratando es que no es lógicamente posible tener libre albedrío sin la posibilidad de maldad moral. Esto quiere decir que Dios creó la potencialidad del mal, creo un mundo, un ser humano libre, y esto quiere decir que existía la posibilidad que, en medio de su libertad, incurriera en el mal, esto significa que el libre albedrío que nos dio, traspasaba la responsabilidad a estos seres libres, nosotros. El mal no tiene su origen en el poder de Dios, sino más bien en la libertad del hombre. Si no fuéramos plenamente libres, no existiría la posibilidad de ser malos, y es porque somos libres, que tenemos la capacidad de ser malos.

La solución a esto podría haber sido el crear una humanidad sin la libertad suficiente como para poder hacerlo mal, pero entonces sencillamente no existiría la humanidad. La realidad de la libertad incluye la potencialidad del mal, aunque también tiene la potencialidad del bien supremo, del amor. Sin mal y sin el sufrimiento que este trae, no existiría el amor, porque el amor es una elección, la atracción visceral que no podemos controlar no es amor, es eso, atracción. El amor es un compromiso, una decisión. Y para que exista esa capacidad de buscar el bien del otro, debe necesariamente existir la posibilidad de desear su mal. Dios lo hizo a la perfección, fuimos nosotros quienes lo arruinamos todo mal usando nuestra libertad.

La evidencia nos lleva a ver que Dios es todopoderoso. El aspecto a recordar es que la creación de un mundo donde existe el libre albedrío y no se tiene la posibilidad de pecar es una contradicción en sí misma, y eso abre las puertas a que las personas escojan el mal antes que a Dios, trayendo como resultado el sufrimiento. La abrumadora mayoría del sufrimiento en el mundo se debe a nuestras elecciones de matar, engañar, ser egoístas, romper nuestras promesas, ser imprudentes, irresponsables, etc.


Segundo atributo: Dios es todo sabio.

Si Dios es todo sabio, no solamente conoce el bien y el mal presente, sino el bien y el mal futuro también. Si su inmensa sabiduría excede a la nuestra, es al menos posible, que un Dios amoroso tolerase a propósito cosas horribles como el hambre en el mundo, porque prevería que a la larga más personas estarían mejor en el futuro y más contentas que si él interviniera de manera milagrosa. Al menos, esto es posible en una forma intelectual.

Esto puede sonar como una evasiva, un poco forzado, pero viendo un ejemplo, o más bien podría llamarlo “el ejemplo”, quedará mucho más claro. La peor cosa que ha ocurrido en toda la historia, ha sido para traer la mejor cosa que ha ocurrido en toda la historia. Me explico, Dios mismo se hizo hombre hace algo menos de 2000 años, vivió entre nosotros, enseñó muchas cosas a sus discípulos, incluso querían ya hacerle rey político sobre Israel. Y entonces le acusaron falsamente, le entregaron a los tribunales romanos y le mataron salvajemente. Matamos a Dios. Si Nietzsche pensó que esto lo habían logrado en el siglo XIX, deberían haber preguntado a Caifás y a Pilato. Le mataron, literalmente. Es la situación más dramática de toda la historia, de la prehistoria y de lo que está por venir, no puede haber nada peor que aquello. Pero aquello fue usado por Dios para traer la suprema bondad, la mejor noticia para los hombres, el acontecimiento más bueno de cuantos ha habido, ya no a nivel intelectual, religioso general o global, sino la mejor noticia a nivel individual que puede recibir cada uno. ¡Sí!, ¡Dios mismo pagó tu pena, y ahora tienes la opción de elegir la salvación gratuita que te ofrece! Pero esto, como casi todo en la vida, es una decisión personal que, en libre albedrío, cada uno debe tomar bajo su responsabilidad, tomando las consecuencias justas de su decisión.

Durante la crucifixión, los discípulos no veían cómo resultaría en algo bueno; de manera similar, a medida que enfrentamos luchas, pruebas y sufrimientos, a veces no somos capaces de imaginar que vendrá algo bueno. Sin embargo, vimos que sucedió en el caso de Jesús. No es fácil de responder fríamente a algo tan duro como el sufrimiento, como el mal y las situaciones que mucha gente pasa, es difícil entenderlo, yo mismo no lo entiendo en muchas ocasiones. Pero he visto como Dios lo ha usado para bien otras veces. Probablemente a nivel intelectual sea capaz de verlo, pero en la vida real, usando el corazón, debo confiar en Dios, en que Él es sabio para usar el mal actual para un bien mayor en un futuro.


Tercer atributo: Dios es todo bondad.

La palabra bueno es notoriamente engañosa, porque aún en los asuntos humanos tiene una amplia gama de significados. Sin embargo, una vez más la diferencia entre nosotros y los animales, y puesto que lo bueno varía de manera considerable entre nosotros y los animales, debe variar aun mucho más entre nosotros y Dios. Esto significa que si Dios permite a propósito ciertas cosas, que si nosotros las hacemos nos convertirían en monstruos, no necesariamente cuenta contra Dios. Explicaré un poco esto último, si yo le digo a mi hermano David, tres años mayor que yo: “Podría sacarte de un problema, pero no lo haré”, quizá sería poco serio, y a lo mejor malvado. No obstante, eso lo hacen los padres constantemente con sus hijos a cada momento. No les hacen sus tareas, no les ponen en una urna y les protegen de todo dolor.

Los dentistas, los entrenadores deportivos, los maestros, los padres, todos saben que a veces ser bueno no es ser amable. Incluso los antiguos griegos creían que los dioses enseñaban la sabiduría mediante el sufrimiento. El carácter moral se forma a través de las privaciones, de subsanar obstáculos, de soportar a pesar de las dificultades. Un ejemplo claro es la valentía, la valentía sería imposible en un mundo sin dolor.

Enfrentemos esto: aprendemos de los errores que cometemos y del sufrimiento que traen. El propósito de nuestra vida en este mundo no es la comodidad, sino la práctica y la preparación para la eternidad. Supongamos que no tuviéramos sufrimiento alguno, imaginémonos que tuviésemos medicamentos para cada dolor, entretenimientos gratis, amor libre, todo menos dolor. Sin Shakespeare, sin Beethoven, sin muerte, sin propósito. Mocosos imposibles y malcriados… en eso nos convertiríamos.

Hazte a la idea de que eres Dios y tratas de crear un mundo mejor en tu imaginación. Trata de crear una utopía. Sin embargo, tienes que pensar en las consecuencias de todo lo que trates de mejorar, cada vez que uses la fuerza para prevenir el mal, quitas libertad. Para prevenir todo el mal debes quitar toda la libertad y reducir a las personas a títeres, lo que quiere decir que ya no tendrían la habilidad de elegir el amor con entera libertad. Terminarías creando un mundo de precisión que le encantaría a un ingeniero. No obstante, una cosa es cierta: perderías la clase de mundo que desearía un Padre.




Parando a pensar en qué significan estos tres atributos de Dios a la luz de la existencia de la maldad y el sufrimiento en el mundo, podemos ver que pueden coexistir con esta realidad a la perfección. Es más, podemos ver que si no existiera el mal, Dios no sería omnipotente al incurrir en la contradicción de que sin la posibilidad de hacer mal no existiría la posibilidad de la libertad. En la existencia del mal podemos tener la esperanza de un Dios bueno que está usando y aprovechando lo malvado para crear algo mejor, y tendríamos que conformarnos con lo presente, sin esperanza en un futuro mejor. Si no existiera el mal, Dios sería ese ser frío e impasible que tiene a sus criaturas controladas como marionetas sin dejarles pensar por sí mismas, Dios sería un programador informático en lugar de lo que es, un buen Padre.

Al contrario de lo que podamos pensar, la evidencia de la existencia del mal en el mundo no solamente no es contradictoria con la existencia de este Dios todopoderoso, omnisciente y todo bondad, sino que es una de las tantas pruebas de su existencia, perfectamente compatible con su naturaleza, con su plan y con su amor por nosotros y nuestra libertad.

* Resumido de "El Caso de la Fe" de Lee Strobel (Cap. 1)

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