martes, 5 de abril de 2011

Una enorme deposición humeante

El domingo pasado, según volvía de Béjar a Madrid, hubo una serie de carteles que me llamaron poderosamente la atención. El caso es que por todo Madrid había enormes anuncios del fin del mundo. No los vi muy claramente porque estaban muy lejos, pero por lo que pude distinguir, había un fondo negro y rojo y estaba escrito en grande: 21 de mayo, el día del juicio.”

En un principio, creí que se trataba de alguna obra de teatro, alguna película o algo por el estilo, me parecía demasiado fuerte que hubiera carteles anunciando el fin del mundo. Pero cuando llegué a casa le pregunté al oráculo moderno, nuestro amigo Google y la respuesta me sobrecogió.

El caso es que hay un pastor evangélico en Estados Unidos, de nombre Harold Camping que ha estado haciendo algunos cálculos y ha estado estudiando algunas profecías. El resultado de todos estos estudios le ha llevado a una conclusión dramática: el fin del mundo comenzará el próximo 21 de mayo. Procedo a detallaros algunos de sus cálculos.

Tomando como base la cronología de la historia del mundo según la Biblia, podemos llegar a calcular que la fecha de la creación se llevó a cabo en el 11.013 a.C., la fecha del diluvio en que Noé sobrevivió junto con su familia fue en el 4990 a.C., esto es, 6023 años desde la creación. Jesucristo nació en el año 7 a.C., es decir, 11.006 años desde la creación. Fue crucificado en el 33 d.C., es decir, 11.045 años desde la creación y 5023 años civiles desde el Diluvio.

El caso es que cuando Dios anunció a Noé que caería el diluvio, le dijo que comenzaría en 7 días. Este pastor dice que el diluvio, además de ser un hecho físico que aconteció hace tanto tiempo, se puede tomar desde un punto de vista espiritual, en el que el diluvio es la palabra que se usa para designar al fin del mundo que está por suceder. En el Salmo 90 versículo 4 dice que para Dios mil años es como un día y un día es como mil años. Tomando estos datos como base, podemos decir que el segundo diluvio, esto es, el fin del mundo, acontecería siete días, o para Dios siete mil años, después del primero, del que presenció Noé. Si el diluvio fue 4990 años antes de nuestra era, y le sumamos los 2011 años que llevamos desde que contabilizamos los años, llegamos al número de 7001, restándole el año 0, puesto que no se contabiliza, podemos ver que este año se cumplen los cálculos, este es el año del fin del mundo. En cuanto a porqué es el 21 de mayo precisamente, tiene que ver con la fecha dentro del 4990 a.C. en comenzó físicamente el diluvio.

Pues bien, aquí tenéis, las pruebas bíblicas de que el fin del mundo se llevará a cabo en apenas un par de meses. Así que, preparaos porque dentro de muy poco tiempo todo esto se va a acabar.

No creo que sea necesario, a aquellos que me conocen lo más mínimo, que haga mucho énfasis en que todos estos números y esta profecía mitad matemática mitad bíblica los considero como una enorme deposición humeante. Y procedo a explicar mis razones.

Personalmente confío en que la Biblia es verdad, y que no se niega a sí misma. Entonces, ¿cómo es posible que, estando escrito en Mateo capítulo 24 versículo 36 “En cuanto a ese día y esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.”, y este pastor, Harold Camping, en nombre de esta misma Bíblia, asegure que él sabe aún más que los ángeles y que el mismo Jesús?.

Podría ser posible que asegurase que él sabe más que Jesús, o que la Biblia, pero, yo solamente lo concibo si el que lo asegura no cree que lo que dice este libro es la Palabra de Dios. Siendo un hombre que asegura sirve al dios de la Biblia, no entiendo que pase 50 años haciendo un estudio para intentar dejarlo por mentiroso.

Por otra parte, en la misma Biblia asegura que el profeta que dé una profecía que no se cumpla, es decir, el “falso profeta”, es digno de muerte por pretender hablar en nombre de Dios cuando realmente está hablando de su propia opinión. Con esto no estoy diciendo que, llegando el día 22 de mayo, si todo sigue como hasta ahora, lo que debemos hacer es atrapar a este pastor y quemarlo en la hoguera acusado de ser un “falso profeta”, lo que estoy diciendo es que hay que tener mucho cuidado cuando intentamos hablar en nombre de Dios. Y, claro, en el momento que sirves, teóricamente a un dios, obviamente, este dios no te va a ordenar que comuniques un mensaje que le deje a él como mentiroso, uno que vaya en contra de su misma integridad.

Por todas estas razones, y por el hecho obvio y comprobado de las miles de fechas erróneas que, a lo largo de los siglos, se han dado por las diferentes religiones para que se termine este mundo, de lo que nosotros somos fieles testigos, puedo reafirmarme en la opinión que me parece una enorme deposición humeante, exáctamente igual que las otras profecías que se han hecho anteriormente y que no se han cumplido.

Como nota curiosa, la palabra, dentro de la teología que se usa para designar al estudio de las profecías y de los últimos tiempos es “escatología”, exactamente la misma que se usa para hablar de estas enormes deposiciones humeantes que hoy nos han ocupado.

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