martes, 10 de mayo de 2011

El Derecho Supremo

“El derecho a la vida es el Derecho Supremo, como lo ha calificado el Comité de Derechos Humanos, porque sin su garantía efectiva todos los demás derechos carecen de significado y de razón de ser. Algo que parece obvio a ojos de todos pero que si lo fuera de verdad no nos empujaría hoy y mañana a reclamar de los poderes públicos de todo el mundo que sean plenamente consecuentes con el carácter inviolable, incondicionado de la vida humana y con el derecho a no ser sometido a penas crueles, inhumanas y degradantes.”
José Luis Rodriguez Zapatero.
Coloquio Internacional sobre la Abolición Universal de la Pena de Muerte.
9/12/2009.

No podría estar más de acuerdo con las palabras de nuestro presidente del gobierno. El derecho a la vida es el mayor de todos los derechos, todos los demás no tienen, ciertamente, ningún sentido sin este mismo derecho.

Yo no estoy, para nada, a favor de la pena de muerte, todo lo contrario. Lo que sí que afirmo es que no es ninguna locura el pensar que una manera lógica para que podamos vivir en un lugar mejor sea por medio hecho de matar a aquellos que, según a unas leyes, lo merezcan. No es algo que comparto, pero puedo llegar a entenderlo. Y esto es precisamente lo que ataca Zapatero aludiendo al derecho a la vida.

El problema llega cuando intentamos desvirtuar el concepto del ser humano. Lo que es en su esencia. Porque puede ser que, de una manera filosófica, podamos considerar a alguien como “deshumanizado” en el momento en que asesina fríamente a su mujer y a sus hijos de 3 y 6 años, por ejemplo, y de esta manera, tener todo el derecho del mundo a aplicar la pena de muerte porque no estaríamos “asesinando” a un ser humano. No estoy diciendo que una persona asesina deja de ser persona, es solo un ejemplo.

Entonces, si estamos de acuerdo en que no podemos negar la humanidad de alguien por medios morales o filosóficos, yo me pregunto qué le da autoridad al Congreso de los Diputados para poderlo hacer desde un punto de vista legal.

Porque si está mal el “asesinar” a un hombre de 35 años porque haya matado a una familia de una manera especialmente sanguinaria, mucho peor está el hecho de asesinar, sin comillas ni nada, con todas las letras, a más de cien mil humanos, de una manera legal, porque haya decidido que sea así nuestro Estado y teniendo a un presidente que tanto defiende el derecho a la vida. Personalmente, a mi no me cuadra para nada.

Y la razón por la que lo hacen es por el derecho a elegir, el derecho a expresarse, a decidir sobre el cuerpo de cada persona. Muchos derechos son los que aluden para este exterminio, pero, parafraseando a ZP, todos ellos no sirven para nada sin el derecho a vivir, sin este, según sus palabras, Derecho Supremo.

Pues bien, desde que se legalizó el aborto, se han perpetrado más de un millón trescientos mil penas de muerte a niños que nada hicieron para merecerlo. Ellos no asesinaron familias, ni siquiera tuvieron oportunidad de un abogado de oficio, ni de quejarse, ni de defender su derecho a vivir, este que dice defender también José Luis.

Como ya expresé con anterioridad, estoy en contra del aborto. Estoy en su contra con todas mis fuerzas. Es algo que, puede sonar muy fuerte, pero yo creo que está al nivel del genocidio perpetrado por los nazis contra los judíos, al menos ellos tuvieron oportunidad de quejarse, al menos la opinión pública condenó aquella barbarie, al menos ahora todos sabemos que fue una salvajada. Ahora bien, si estoy en contra del aborto en sí, todavía más fuerte me parece la manera en que nuestro gobierno lo publicita, lo acrecenta, lo fomenta, y todo esto en nombre de supuestos derechos que, en todo caso, no sirven de nada sin el Derecho Supremo. Derecho que brilla por su ausencia aquí en España. Derecho que, según sus propias palabras, debemos "reclamar de los poderes públicos de todo el mundo que sean plenamente consecuentes con el carácter inviolable, incondicionado de la vida humana".

No hay comentarios:

Entradas populares