jueves, 10 de marzo de 2011

¿Mera ciencia?

El evolucionismo no es una teoría meramente científica y simplemente basada en pruebas. De hecho, siguiendo las leyes científicas a rajatabla podemos llegar a negar el evolucionismo y afirmar la existencia de Dios, pero eso es algo que trataré de mostraros otro día. Hay diferentes filosofías que no tienen nada que ver con la ciencia y condicionan este modo de pensar presumiblemente científico.

El evolucionismo parte de la base del materialismo dialéctico, término acuñado por el ruso Georgi Plejánov para referirse a un concepto ideado por Marx. Esta filosofía defiende la “concepción monista de la naturaleza”, es decir, la negación absoluta de todo lo que no sea medible, contable, netamente físico. Podréis pensar que eso es algo absolutamente científico, que solamente podamos aceptar como ciertas aquellas verdades probadas científicamente, y en ese sentido, estoy deacuerdo, el problema llega cuando afirmamos que ninguna verdad no física puede existir ni trascender y eso lo categorizamos como verdad científica. Esto es complicado de entender, pero si lo aplicamos al tema que estamos tratando veréis como se simplifica mucho.

Tenemos un universo tan sumamente complejo y maravilloso que necesitamos una explicación para su origen y la manera en que este universo es sostenido y sigue manteniéndose. Tenemos una explicación religiosa, basada en fuerzas no medibles, intangibles y que tienen que aceptarse por fe. Por lo tanto tenemos que buscar explicaciones que puedan darnos un perfil más cierto, más aceptable por mentes que buscan pruebas sólidas. Entonces surgen una serie de científicos que buscan una descripción con un carácter más acorde con la realidad del momento y para aquellos que no se conforman con la enseñanza dogmática de la religión. Estos científicos comienzan a descubrir el mundo que les rodea, comienzan a ver que la riqueza de lo que les rodea y la complejidad de cada pequeño detalle del universo escapa al entendimiento humano. Y proponen su explicación, basada en todo lo que han descubierto y con un carácter absolutamente científico, para negar el argumento de la Biblia; todo es producto del azar. Punto. Por muy complicado que sea todo lo que nos rodea y nosotros mismos, por mucho que se esfuercen en buscar más razonamientos dentro de las teorías del origen del todo, el planteamiento final de su solución a este tema es tan absurdo como este: que todo es por puro azar.

Me parece genial que se investigue en torno a todos los aspectos de la naturaleza y de la inmensidad del universo, que se busque en cada átomo, en cada célula. Pero lo que considero que no se debe hacer es agarrarse a cualquier explicación, incluso a aquellas que incumplen categóricamente verdades científicas irrefutables, para, teóricamente, dar una explicación científica de todo lo que ocurre. Creo que las pruebas son lo suficientemente contundentes como para aceptar la existencia de un ser que trasciende lo físico y lo medible, así como sé que el materialismo dialéctico no es una ley científica, sino una suposición filosófica que se ha colado en la ciencia, por lo tanto, y teniendo en cuenta que para negar la existencia de Dios tenemos que recurrir a explicaciones que a su vez niegan algunas de las leyes ya demostradas por la ciencia, puedo decir sin miedo a equivocarme que es más científica la teoría de la existencia de Dios que la negación de ésta.

Otra de las filosofías que se han colado en algunos postulados “científicos” es la creencia que en todos los lugares del universo con las condiciones que tiene la tierra, en cuanto a órbita respecto al sol, presencia de agua líquida, temperatura y gravedad, entre otros, terminarán siendo vergeles en los que la vida brotará como en el nuestro, y, por lo tanto, esta vida evolucionará hasta generar especies de vida inteligente como la nuestra. A poco que estudiemos la extrema complejidad de todo nuestro organismo y de lo que nos rodea, de la vida que puebla la tierra, podremos llegar a la conclusión que, en el supuesto caso que todo haya sido producto del azar, es algo lo suficientemente complicado como para que prácticamente sea imposible que se repita aún en las mismas condiciones en otro rincón del universo. Yo no sé si habrá vida inteligente ahí fuera, pero lo que sí que sé es que, en caso que la hubiera, se tratará de otro milagro tan tremendo como el que podemos presenciar en esta tierra. La vida y mucho más la vida compleja, no son algo que se produzca fácilmente, y mucho menos que pueda su complejidad ser insultada hasta tal punto de decir que lo más lógico es que, en las condiciones adecuadas, surjan de una manera independiente y ordenada.

Es algo loable el intentar explicar la existencia basándonos en lo visible, en lo medible, en las leyes científicas, lo que no es legítimo es el recurrir a filosofías y pseudo-ciencias para intentar explicar aquello que no se conoce, para intentar borrar las evidencias que apuntan en el sentido de un diseñador, de un arquitecto personal, inteligente y soberano del universo.

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