Un economista reputado estaba de vacaciones en un pueblo
costero de Galicia. Le encantaba liberarse del stress y de las turbaciones de
la gran ciudad paseando en la playa, contemplando cómo rompían las olas en las
afiladas rocas del acantilado y charlando con la gente humilde del diminuto
municipio.
Estaba paseando por el embarcadero del puerto cuando vio
llegar a un paisano con su bote de madera. Venía de pescar. Traía tres hermosos
atunes. Cuando los vio, le impactó el tamaño y la vistosidad de los pescados, y
fue hacia el pescador para charlar acerca de su trabajo.
-Excelente trabajo con esos peces, son realmente buenos.
-Gracias, amigo.
-¿Cuánto tiempo has estado en el mar para conseguir
pescarlos?
-Umm, pues… Llevo desde las 10 de la mañana, ahora son las 12
y cuarto, pues eso. Un par de horitas.
-¿Solo dos horas?, ¿y por qué no estás más tiempo pescando y
consigues más atunes tan hermosos como estos?
-La verdad es que no lo necesito- Dijo el pescador- Con este
pescado tengo suficiente para abastecer a mi familia por hoy.
-¿Qué haces con el resto del tiempo?
-Pues mira, amigo, no necesito madrugar por las mañanas,
después paso tiempo con mis chicos, me echo la siesta con mi mujer, después doy
un paseo con el perro y por la noche me tomo algo con mis amigos en la taberna.
La verdad es que tengo una buena vida, no puedo quejarme.
-Bien, pues yo soy un economista muy importante, catedrático
de una gran universidad, y si quieres puedo ayudarte.
-¡Oh!, ¡muy bien! Claro que me gustaría que me ayudaras. ¿A qué?
-Pues podría darte algunos consejos para que te fuera mejor en la vida. Para
empezar, podrías pescar más tiempo cada día y así tendrías más atunes que
vender en el mercado.
-Muy bien, ¿y después?
-Pues ganarías más dinero con los atunes, y con el sobrante
podrías comprar un bote más grande, con mejores sistemas de pesca. Así aún
pescarías más atunes que vender en el mercado y obtener mayores beneficios.
-¡Oh!, ya veo. ¿Y después?
-Como ganarías más dinero, podrías comprar más naves y
contratar a personal para aún pescar más y tener más beneficios. Podrías llegar
a tener una flota de barcos de gran tecnología y tener una empresa puntera de
pesca de atunes a gran escala.
-Interesante, ¿y después qué haría?
-Pues después, podrías contactar con grandes compradores para
conservas y hacer negocios directamente con ellos, sin tener que tratar con
proveedores. De esta manera ganarías más dinero. Además, al tener más gente
trabajando en tu empresa, tú podrías dedicarte a controlar todo el proceso y
tratar con los empresarios directamente en lugar de salir a pescar con tus
propias manos.
-¿Y después?
-Pues después podrías salir a bolsa, de manera que algunos de
los mayores multimillonarios pudieran apostar por tu empresa y poner su dinero,
por lo que la empresa crecería, aún tendrías más barcos e incluso podrías
exportar a varios continentes tus atunes de gran calidad. Podrías ir a vivir a
Nueva York, la capital de la economía mundial. Allí ganarías mucho más dinero,
tanto dinero como quisieras.
-¿Y después?
-Después de ganar muchos millones, podrías recogerlos, e ir a
vivir a un pueblecito pequeño, donde retirarte, después de 15 o 20 años de arduo
trabajo. Allí podrías levantarte tarde, disfrutar de tus hijos, dar paseos con
el perro, echarte la siesta con tu mujer e incluso ir cada noche a la taberna
con amigos para tomar algo. Lo que es vivir bien.
-¿Y para qué voy a pasar 20 años trabajando para eso, si es
lo que ya tengo?
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