lunes, 2 de mayo de 2011

El Libro

Hace 3500 años se comenzó una producción. Una de las más impresionantes que la humanidad haya visto, y por supuesto, en su materia, la más grande, la mas importante, la más trascendente que el universo haya visto en toda su dilatada historia. Un príncipe asesino, traidor y probablemente tartamudo, comenzó a liderar a un pueblo de esclavos recién liberados en una larga travesía por el desierto. Este príncipe destronado y retronado poco después en otro pueblo, comenzó lo que sería la obra literaria más influyente de la historia universal con mucha diferencia.

Esta descomunal fuente de información, después de Moisés, continuó siendo escrita por unos 40 escritores entre los que se encontraban reyes, filósofos, pescadores, médicos, líderes militares o religiosos durante más de 1500 años. Al menos a mí me parece algo completamente sensacional.

Pero más impresionante se vuelve si nos ponemos a observar detenidamente todas estas escrituras. En la Biblia encontramos relatos de la creación del mundo, del diluvio, del comienzo de las naciones, muchas genealogías, datos muy precisos sobre tiempos antiquísimos (incluso para Moisés), una historia muy detallada de un pueblo (el de Israel) que abarca milenios, cosa que no tenemos de ninguna otra civilización ni cultura de la época (ni de épocas muy posteriores), numerosos libros poéticos de una belleza increíble, cientos de profecías, un minucioso código religioso, miles de datos históricos de prácticamente todas las numerosas civilizaciones del Extremo Oriente, incluso de muchas tan alejadas que parece imposible, la historia del comienzo de lo que ha llegado a ser la mayor religión de la historia de la Tierra. Desde cualquier punto de vista que observes y estudies este libro, lo que está claro es que es una obra maestra, la pieza de palabra escrita más importante, más influyente, más determinante de la historia de la humanidad, sin lugar a ninguna duda.

Y viendo la enorme cantidad de temas a tratar, la diversidad de condiciones de los autores, los más de 1500 años transcurridos, con los consecuentes cambios en casi todos los ámbitos a los que dan lugar el paso de esta ingente cantidad de tiempo, deberíamos pensar que podría simplemente considerarse que cada uno escribió lo que quiso y cuando le pareció oportuno. Sería lo más lógico. Pero al ver la profundidad, al ver la unidad de toda esta obra, al ver que todo tiene un hilo conductor, que ninguna idea, por miles de años que pasaran, es negada ni refutada por otro autor, podemos ver que todavía es un libro más especial.

Y si le sumamos el hecho de la impresionante cantidad de descubrimientos históricos y arqueológicos que no hacen sino avalar la información que escriben estos autores. Al ver cómo para nada los escritores buscan su gloria o la de sus héroes. Al contemplar la apabullante sabiduría que se expone en las páginas del libro; al poder contemplar cómo una obra que comenzó su andadura hace casi tres milenios y medio puede seguir siendo actual y seguir ayudando a millones de personas de una manera activa como si hubiera sido escrito el año pasado, personalmente no puedo por menos que reconocer la evidencia. Que este libro es la Palabra de Dios.

Este libro es el manual de instrucciones que nos dejó el creador tan inteligente del que tantas veces hemos hablado. Un manual que explica cómo debemos vivir de una manera tan profunda, sabia y apasionante que no puede dejar indiferente a nadie que se adentre en sus páginas.

Si alguien quiere afirmar que este libro es como tantos y tantos otros tratados religiosos que usan los hombres a lo largo y ancho del globo, le reto a que encuentre algo remotamente similar. Un libro que se haya escrito a lo largo de tanto tiempo, por tantos autores que no se conocieron entre sí y que para nada ni se pusieron de acuerdo, por razones obvias, para decir absolutamente nada. Un libro con tanta profundidad, con tantos datos históricos comprobados mediante la arqueología, un libro en que en 3500 años nadie ha sido capaz de encontrar fisuras de una manera satisfactoria. Si este libro es como tantos otros, me gustaría que alguien me lo explicara.

Y mientras tanto, te animo a adentrarte en sus páginas, a comprobar qué sabiduría tiene para ti un rey israelita de hace tres milenios, de conocer en qué escrito esta basada la historia de tu tierra, de comprobar de qué manera el centro de la Biblia, Dios hecho hombre, Jesucristo, puede cambiar tu existencia y enseñarte el plan tan maravilloso que tiene para ti.

De todo corazón y con la confianza que me da la experiencia, te animo a probarlo.

1 comentario:

Dal Wehawax dijo...

Tio Poe, te habrás quedado a gusto. Te has despachado como el que no quiere la cosa. Pero te comprendo la fe en el probable tartamudo. Que el libro no tenga contradicción es comprensible es una sola mente de principio a fin. Es el evangelio eterno el mismo que mediante ángeles se trasmitió a todas las generaciones desde Adam. Dios hace las cosas muy bien hechas como tú al comentarle su libro. Saludos

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